Libertad de enseñanza

El secuestro de la libertad de enseñanza. El pasado miércoles 16 de junio, y en una carta titulada Libertad de adoctrinamiento, la seflora Szypowska, natural de Polonia, discrepa a golpe de horno crematorio del artículo aparecido en el suplemento de Educación firmado por Juan Delval.Quizá la señora Szypowska conozca muy bien los horrores de la educación laica de su país de origen, pero lo que dudo que conozca tan bien es el estado de la enseñanza en los países del sur de Europa, donde los defensores a ultranza de la libertad de enseñanza en realidad lo que pretenden es una autént...

El secuestro de la libertad de enseñanza. El pasado miércoles 16 de junio, y en una carta titulada Libertad de adoctrinamiento, la seflora Szypowska, natural de Polonia, discrepa a golpe de horno crematorio del artículo aparecido en el suplemento de Educación firmado por Juan Delval.Quizá la señora Szypowska conozca muy bien los horrores de la educación laica de su país de origen, pero lo que dudo que conozca tan bien es el estado de la enseñanza en los países del sur de Europa, donde los defensores a ultranza de la libertad de enseñanza en realidad lo que pretenden es una auténtica libertad de adoctrinamiento.

La concentración de padres de alumnos de París, así como las concentraciones del Palacio de Deportes de Madrid, y más recientemente de Sevilla, tienen un denominador común: reivindicar la libertad de enseñanza. Pero no confundamos los términos; todos sabemos lo que significa el concepto libertad ("La libertad, amigo Sancho, es el don más preciado que los cielos nos envían") y el concepto enseñanza; ahora bien, donde no estamos tan de acuerdo es cuando estos conceptos se utilizan, se manejan en beneficio de determinado grupo social, quitándoles, por tanto, todo contenido real, siendo como son patrimonio de toda la humanidad.

La monopolización de la libertad de enseñanza por parte de ciertos sectores privilegiados de la sociedad contrasta con su postura contraria, hasta hace muy poco tiempo, a la filosofía educativa liberal que ahora tanto enarbolan. Claro está que esta contradicción no es gratuita, sino que se enmarca de lleno en la política de privilegio que han disfrutado esos grupos marginando al resto de la sociedad.

Esta instrumentación de la libertad coincide, sospechosamente, con el resurgimiento del movimiento asociativo de padres de alumnos verdaderamente libre, de ese movimiento asociativo que ha estado muchos años marginado, cuando no perseguido, y que es el auténtico heredero de aquellos que en el siglo pasado elaboraron los verdaderos contenidos de la libertad de enseñanza. Esa libertad de enseñanza que pasa necesariamente por las coordenadas de un puesto escolar para todos, del ejercicio libre de la democracia en la escuela, del respeto al derecho de las minorías y a la conciencia individual y al auténtico ejercicio de la libertad. /