Una central sindical francesa reitera la necesidad de sacrificios para salvar la economía

Edmond Maire fue reelegido ayer, sábado, secretario general de la segunda central sindical más importante de este país, la Confederación Francesa Democrática de Trabajadores (CFDT). Su congreso, durante los últimos cuatro días, subrayó la necesidad de sacrificios para afrontar la delicada situación económica que, por otra parte, los más destacados ministros del Gobierno, un día y otro, les explican a los franceses con el fin de crear las condiciones de un cambio de estrategia que el presidente, François Mitterrand, debiera definir en los próximos días.

La CFDT, el segundo sindicato galo...

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Edmond Maire fue reelegido ayer, sábado, secretario general de la segunda central sindical más importante de este país, la Confederación Francesa Democrática de Trabajadores (CFDT). Su congreso, durante los últimos cuatro días, subrayó la necesidad de sacrificios para afrontar la delicada situación económica que, por otra parte, los más destacados ministros del Gobierno, un día y otro, les explican a los franceses con el fin de crear las condiciones de un cambio de estrategia que el presidente, François Mitterrand, debiera definir en los próximos días.

La CFDT, el segundo sindicato galo después de la central de tendencia comunista Confederación General de Trabajadores (CGT), cuenta con algo más de un millón de afiliados (la tasa de sindicación en Francia, del 20% de los trabajadores, es de las más bajas de todos los países industrializados). Su definición como socialista autogestionaria hace de la CFDT en estos momentos la central más cercana al Gobierno socialista, aunque, como lo ha venido probando desde que Mitterrand llegó al poder hace un año, su apoyo se funda en la "crítica constructiva".El congreso, que ahora ha reelegido a Maire como secretario general, ha reafirmado esa actitud, sin olvidar los condicionamientos de la situación económica coyuntural, reconocida por el Gobierno como crítica. El primer ministro, Pierre Mauroy, aunque aseguró que él no practicaría el barrismo (la austeridad), anunció anteayer un "cambio de velocidad". El ministro de Investigación, Jean Pierre Chevenement, declaró que el objetivo de la política actual "no es, el socialismo, sino la creación de la república moderna".

Otros responsables oficiales se vienen pronunciando en el mismo sentido. Todo, ello se debe a un hecho irrefutable: los grandes equilibrios económicos se han roto y, en su segundo año, los socialistas, además de llevar adelante las grandes reformas programadas, deben evitar el amenazante descarrilamiento económico. Las clásicas advertencias -"no se puede distribuir más de lo que se gana"- se han convertido, prácticamente en el lenguaje oficial del mitterrandismo. El problema consiste en saber con qué fórmula económica se realizarán los sacrificios por todos considerados necesarios.

En esta situación, la Confederación Francesa Democrática de Trabajadores pide "rigor y verdad" y se coloca al lado del Gobierno. Los comunistas y la Confederación General de Trabajadores, el otro gran sindicato de izquierdas, pueden crearle problemas a los socialistas. Para ellos, la inquietante situación económica francesa se debe a Ia mala gestión, al despilfarro y a la mala voluntad de los ricos".

ELA-STV contra la política de concertación

Concluyó ayer en Pamplona el V Congreso del sindicato ELASTV (Solidaridad de Trabajadores Vascos), primera fuerza sindical de la comunidad autónoma vasca, con la reelección de Alfonso Etxeberría como secretario general, según informa Carmelo C. Reidruejo. ELA-STV obtuvo en las pasadas elecciones 4.024 delegados, que representa el 25,26% de total de delegados elegidos, mientras que CC OO y UGT obtuvieron cada uno de ellos en torno al 19%.El congreso de ELA-STV, que se ha venido celebrando durante los dos últimos días en Pamplona, ha venido marcado por la oposición de este sindicato a los pactos sociales, porque, en opinión del secretario general de ELA-STV, con el pacto los trabajadores pierden poder adquisitivo, al tiempo que el movimiento sindical se debilita. "Al no haber una actividad sindical negociadora", dijo, "y por depender en cierta manera de los partidos, este movimiento se debilita".

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