La multinacional International Harvester puede acogerse hoy a las leyes de bancarrota norteamericanas

La multinacional norteamericana de automoción pesada y material agrícola International Harvester (IH), socio minoritario en la Empresa Nacional de Autocamiones, SA, (ENASA) puede acogerse hoy a las leyes estadounidenses de bancarrota (el llamado capítulo once), según insistentes rumores que circularon ayer en la Bolsa de Nueva York y que forzaron al consejo directivo de 10 a retrasar hasta hoy, sábado, la reunión mensual habitual que tenía prevista para ayer. Fuentes solventes reconocieron ayer que es poco probable que este consejo, a la vista de la difícil situación de la sociedad, considere ...

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La multinacional norteamericana de automoción pesada y material agrícola International Harvester (IH), socio minoritario en la Empresa Nacional de Autocamiones, SA, (ENASA) puede acogerse hoy a las leyes estadounidenses de bancarrota (el llamado capítulo once), según insistentes rumores que circularon ayer en la Bolsa de Nueva York y que forzaron al consejo directivo de 10 a retrasar hasta hoy, sábado, la reunión mensual habitual que tenía prevista para ayer. Fuentes solventes reconocieron ayer que es poco probable que este consejo, a la vista de la difícil situación de la sociedad, considere de forma inmediata el acuerdo de "ruptura" al que ha llegado el Instituto Nacional de Industria (INI).

Los rumores de una acción inmediata del consejo sobre la posibilidad de acogerse al capítulo once de las leyes sobre bancarrota, que dejaría a la compañía bajo la protección de los tribunales frente a sus acreedores, provocaron el jueves y el viernes un hundimiento general de las ya bajas cotizaciones de IH en Wall Street, cuyo valor fue el más activo de todo el mercado. La presión vendedora de las acciones de Harvester e incluso de la sociedad Teledyne, que posee el 11.8% de IH, provocaron una reacción de la empresa de Chicago, que, a través de un portavoz, rechazó las interpretaciones catastrofistas sobre la gravedad del momento.No obstante, el retraso de la empresa en negar los rumores (se hizo después del cierre de la bolsa) y la decisión de posponer durante 24 horas la reunión mensual del consejo, provocaron la reacción adversa a la que se buscaba. Expertos judiciales del caso estiman que IH se acogerá a las leyes de bancarrota en fecha próxima, si es que no lo hace en la inusual reunión de este fin de semana.

Los nuevos problemas de Harvester tienen su origen en el reconocimiento por el nuevo presidente de la sociedad, Louis Menk, de que las pérdidas que ha experimentado la compañía en los dos últimos años se prolongarán durante el presente ejercicio. El mismo jueves, Menk reveló que Harvester perdió 198,3 millones de dólares adicionales en segundo trimestre fiscal, elevando el déficit del primer semestre a 497.7 millones de dólares. Estas pérdidas casi duplican las del pasado año, mientras decrecen las ventas de la sociedad.

Repercusiones en ENASA

Pero el dato más resaltable es que el anuncio de Menk contradice lo previamente expresado por Archie McCardell, recién dimitido de la presidencia de IH, quien había prometido colocar a la empresa en números positivos en la segunda mitad del presidente ejercicio. Ante esta situación, manifestó al New York Times Richard Rossi, un analista de Merrill Lynch, "yo no considero nada descabellados los rumores sobre la inminencia de la bancarrota". Los rumores son aún más creíbles cuando la propia IH ha reconocido que tiene que renegociar, por tercera vez, con sus 225 bancos acreedores la reestructuración de su deuda a largo plazo, que se elevaba a más de 4.200 millones de dólares.La extrema situación de Harvester va a tener una repercusión nada positiva para ENASA, donde IH tiene un 35%. de las acciones. El Instituto Nacional de Industria (INI), socio mayoritario, tenía esperanzas de que el consejo directivo de IH aprobase, en la reunión prevista para el viernes, el "acuerdo de caballeros" al que había llegado con Archie McCardell para romper amistosamente los acuerdos del año 1981 que supusieron la entrada de IH en la sociedad española.

Estos acuerdos reconocían, implícitamente, que la situación de IH ha creado graves problemas a ENASA, al renunciar la empresa norteamericana a sus acciones (al mismo precio simbólico de una peseta que pagó por ellas), al tiempo que se comprometía a abrir una línea de crédito de mil millones de pesetas a nombre de ENASA, con los que hacer frente. a unas eventuales prestacciones tecnólogicas que la firma de Chicago debía conceder a la sociedad española. El acuerdo también suponía el retorno al INI de la gestión de ENASA, algo que se había reservado IH previo pago por el INI de una cantidad indeterminada.

Fuentes jurídicas próximas al caso estiman que, ante el nuevo derrotero que ha tomado el asunto IH en Estados Unidos, es casi impensable que los accionistas de Harvester consideren el acuerdo de ruptura con el INI en esta reunión, entre otras cosas porque casi ninguno de los que accedieron a este acuerdo están hoy ya presentes en el consejo directivo. Pero es aún más improbable que, en mitad de un problema de bancarrota en la que hay más de 5.000 millones de dólares envueltos, los directivos de IH se preocupen de diez millones de dólares, cantidad que recibiría como compensación a cuenta la empresa española.

La eventual bancarrota provocaría algún trastorno más en España, aparte de los males de ENASA. Varios bancos españoles se encuentran en el llamado consorcio de acreedores de Harvester, alguno de ellos con más de 1.200 millones de pesetas.

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