Asesinato del director del proyecto de la central de Lemóniz

Cinco años y medio de atentados terrotistas

El inicio de las acciones terroristas de ETA contra la empresa Iberduero, sociedad propietaria de la central nuclear de Lemóniz, se remonta al 19 de diciembre de 1977, cuando un comando de la organización trató de asaltar el destacamento que la Guardia Civil tenía instalado en las obras de la mencionada central.Uno de los cuatro atacantes, David Alvarez Peña, que resultó herido de gravedad, falleció en el hospital de Bilbao el día 14 de enero. En el comunicado en el que ETA reivindicó el atentado, la organización terrorista pretendía justificar que su acción respondía a "un sentimiento popular...

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El inicio de las acciones terroristas de ETA contra la empresa Iberduero, sociedad propietaria de la central nuclear de Lemóniz, se remonta al 19 de diciembre de 1977, cuando un comando de la organización trató de asaltar el destacamento que la Guardia Civil tenía instalado en las obras de la mencionada central.Uno de los cuatro atacantes, David Alvarez Peña, que resultó herido de gravedad, falleció en el hospital de Bilbao el día 14 de enero. En el comunicado en el que ETA reivindicó el atentado, la organización terrorista pretendía justificar que su acción respondía a "un sentimiento popular de rechazo a que Euskadi se convierta en la reserva nuclear de los intereses oligárquicos multinacionales".

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Desde entonces, la actividad de ETA contra las instalaciones de Iberdueró ha sido constante. Ese mismo año, el 1 de marzo, en una acción coordinada de envergadura, estallaron casi simultáneamente once artefactos explosivos en locales que la citada empresa hidroeléctrica poseía en las provincias vascas. Pocos días más tarde, el 17 de marzo, dos trabajadores resultaron muertos y otros catorce heridos al estallar un artefacto en uno de los generadores existentes en la central nuclear.

El asesinato de Ryan

La campaña terrorista de ETA contra Lemóniz alcanzó su cota más alta con el asesinato de José María Ryan, el 6 de febrero de 1981. José María Ryan, ingeniero jefe de explotación de la empresa Iberduero en Bilbao, fue secuestrado el 29 de enero. Al día siguiente, ETAm reivindicó el secuestro y dio a conocer, como condición para su liberación, su exigencia de que la empresa propietaria y el Gobierno decretasen y procediesen a la demolición de la central nuclear de Lemóniz, para lo que dio un plazo de siete días.El día 5 de febrero, veinticuatro horas antes de finalizar el plazo dado por los secuestradores, 10.000 personas se manifestaron en Bilbao pidiendo la libertad del ingeniero. El día antes, un nuevo comunicado de ETA advertía que, de no procederse a la demolición de la central nuclear, "declinaremos toda responsabilidad sobre la suerte que pueda correr el arrestado".

El asesinato de José María Ryan provocó una enorme reacción de rechazo al terrorismo en el País Vasco. Tres días después, la jornada de huelga general y las manifestaciones convocadas por la mayoría de las centrales sindicales y los partidos políticos en respuesta al asesinato de ETAm alcanzó un eco sólo comparable al obtenido en su día por los llamamientos de la oposición vasca a la movilización popular durante los últimos años del régimen franquista y primeros de la transición. El clima antiterrorista creado tras la muerte de Ryan se vio interrumpido por la muerte del etarra Arregui tras nueve días de interrogatorio policial.

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Una nueva ofensiva contra Iberduero tuvo lugar en el verano de 1981, en el que ETAm dio un paso adelante en su ofensiva contra la compañía, al pasar de la voladura de pequeños transformadores, fácilmente reparables, al sabotaje contra puntos vitales de la red de distribución.

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