El congreso de la DC italiana, escindido en dos facciones

El 15º congreso de la Democracia Cristiana, partido que representa a catorce millones de electores del país, comenzó ayer en Roma, y en él se está perfilando una lucha frontal entre dos candidatos, que podrían acabar por dividir al congreso y, en consecuencia, al partido.Se trata de los dos únicos candidatos que se han presentado dispuestos a recoger la herencia de Flaminio Piccoli como secretario del partido, tras la sorpresa de la renuncia de este último al momento de abrirse el congreso. Se trata de Arnaldo Forlani y Ciriaco de Mita. Forlani es un hombre propenso a un diálogo y colaboración...

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El 15º congreso de la Democracia Cristiana, partido que representa a catorce millones de electores del país, comenzó ayer en Roma, y en él se está perfilando una lucha frontal entre dos candidatos, que podrían acabar por dividir al congreso y, en consecuencia, al partido.Se trata de los dos únicos candidatos que se han presentado dispuestos a recoger la herencia de Flaminio Piccoli como secretario del partido, tras la sorpresa de la renuncia de este último al momento de abrirse el congreso. Se trata de Arnaldo Forlani y Ciriaco de Mita. Forlani es un hombre propenso a un diálogo y colaboración estrecha con el partido socialista, con el consiguiente cerrojo al partido comunista. Ciriaco de Mita es un personaje que no pertenece a los líderes históricos del partido y que se presenta como el candidato de la izquierda, precisamente la que perdió en el anterior congreso, tras la derrota del entonces secretario, Benigno Zaccagnini.

La Democracia Cristiana, que funda gran parte de su credibilidad en la capacidad que siempre ha tenido de acabar votando unitariamente, esta vez se ve obligada a tomar posición frente a dos candidatos contrapuestos, lo que crea un natural nerviosismo. El asunto es grave, porque será la primera vez en la historia de este partido que el secretario será elegido directamente por el congreso y con voto secreto, y, por tanto, esta vez podría haber grandes sorpresas, al sentirse los congresistas con mayor libertad para decidir.

En el congreso anterior hubo un grupo mayoritario que solicitaba la no inclusión de comunistas en el Gobierno y se reforzara el centro-izquierda con los socialistas. En esta ocasión el problema es el opuesto. Los más agresivos son todos aquellos que se inspiran en el viejo sueño de la izquierda democristiana de impedir el avance socialista no cerrando la puerta a una colaboración con el partido comunista.

Giulio Andreotti, al parecer árbitro final de este duelo, ha afirmado que los democristianos solamente pueden comprar el pan caliente en dos hornos: el socialista y el comunista y, por tanto, no conviene cerrar la posibilidad de comprar ese pan en ambos hornos. Y, al parecer, el candidato ideal para esta política es De Mita, que encarna la tesis presentada al congreso en su discurso inaugural por el secretario saliente.

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