Cartas al director

Niños marginados

En el famoso pueblo de El Palmar de Troya, que es nuestro actual lugar de trabajo, niños desde los cinco hasta los catorce años han perdido tres y cuatro meses del presente curso escolar, ya que sus padres, cuando llega la época de las faenas de la recolección en el campo (algodón y aceituna, en el primer trimestre, y fresa, en el tercero), tienen que emigrar a otros lugares para encontrar un trabajo que les permita ganar lo suficiente para subsistir todo el año.Hay quien tiene algún familiar con quien dejar a los niños, pero la mayoría tiene que llevarse a sus hijos a ese lugar, donde quizá h...

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En el famoso pueblo de El Palmar de Troya, que es nuestro actual lugar de trabajo, niños desde los cinco hasta los catorce años han perdido tres y cuatro meses del presente curso escolar, ya que sus padres, cuando llega la época de las faenas de la recolección en el campo (algodón y aceituna, en el primer trimestre, y fresa, en el tercero), tienen que emigrar a otros lugares para encontrar un trabajo que les permita ganar lo suficiente para subsistir todo el año.Hay quien tiene algún familiar con quien dejar a los niños, pero la mayoría tiene que llevarse a sus hijos a ese lugar, donde quizá haya una escuela en la que amontonar a los que llegan. En estas condiciones, que se repiten todos los cursos, estos niños cuando dejan la escuela apenas han aprendido a leer y escribir y poco más. Así, año tras año, se sigue alimentando el caudal del analfabetismo y la ignorancia en Andalucía, porque, por supuesto, esta realidad no es exclusiva de este pueblo, sino que se repite a lo largo y a lo ancho de la geografía andaluza.

¿Cabe mayor marginación para estos chavales?

Ahora que en el Parlamento se ha acordado la creación de escuelas-hogares para el próximo curso, esperamos que el problema empiece a solucionarse (lo que no quiere decir que esta sea la solución ideal). Pero sin más demoras. El derecho a una enseñanza igualitaria lo exige. / Claustro de profesores del C. N. García Lorca de

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