Es imposible una política energética coherente sin precios reales

Sólo una política de precios reales, en lugar de subvencionados, permitirá resolver paulatinamente muchas de las distorsiones energéticas que padece la estructura productiva española, según se desprende de un estudio realizado por los economistas Alberto Piñeiro y Antonio Navarro, y publicado por el Centro de Estudios y Comunicación Económica (CECE).El estudio, relativo a la política de precios energéticos en España, con análisis detallado del butano y del Metro madrileño, también se extiende sobre el efecto que tuvo la nacionalización del sector eléctrico en Italia y señala que este fue contr...

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Sólo una política de precios reales, en lugar de subvencionados, permitirá resolver paulatinamente muchas de las distorsiones energéticas que padece la estructura productiva española, según se desprende de un estudio realizado por los economistas Alberto Piñeiro y Antonio Navarro, y publicado por el Centro de Estudios y Comunicación Económica (CECE).El estudio, relativo a la política de precios energéticos en España, con análisis detallado del butano y del Metro madrileño, también se extiende sobre el efecto que tuvo la nacionalización del sector eléctrico en Italia y señala que este fue contraproducente y negativa para el consumidor.

Según el informe, muchos de los males del sector energético español se deben a la decisión política de no repercutir, desde el primer choque del petróleo en 1973, los mayores costes energéticos sobre los precios. Al retrasarse a los años 1978-1979 tal decisión, opinan los autores del informe, la solución de los problemas energéticos va a llevar mucho más tiempo del que hubiera sido necesario si tales medidas se hubieran tomado desde el mismo momento en que la crisis energética comenzó a afectar las economías occidentales y también a la española.

Los autores del estudio concluyen que es falsa la idea de que se puede distribuir renta por medio de una política de precios bajos. Esto se demuestra con el caso del Metro madrileño que, según los autores, "lo están pagando hasta los que no lo usan".

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