En El Salvador se puede ir a la guerra en taxi

ENVIADO ESPECIAL La guerra no está aquí aún. Está a cuarenta kilómetros al norte, en las laderas del cerro Guazapa. Por la noche, cuando se apaga la algarabía del tráfico, el retumbar de los cañones interrumpe los sueños de quienes duermen por ese runibo de la capital. Por primera vez se oyen en la oscuridad los rotores de los helicópteros. Definitivamente, la guerra está cerca y se puede ir a ella en taxi.

La Prensa salvadoreña amaneció el viernes con un golpe espectacular del Ejército a la guerrilla. El ministro de Defensa, general José Guillermo García, aparecía en primera plana foto...

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ENVIADO ESPECIAL La guerra no está aquí aún. Está a cuarenta kilómetros al norte, en las laderas del cerro Guazapa. Por la noche, cuando se apaga la algarabía del tráfico, el retumbar de los cañones interrumpe los sueños de quienes duermen por ese runibo de la capital. Por primera vez se oyen en la oscuridad los rotores de los helicópteros. Definitivamente, la guerra está cerca y se puede ir a ella en taxi.

La Prensa salvadoreña amaneció el viernes con un golpe espectacular del Ejército a la guerrilla. El ministro de Defensa, general José Guillermo García, aparecía en primera plana fotografiado arriba del cerro Guazapa, justamente donde dicen que estuvo el estado mayor de los rebeldes. Se doblegaba así una resistencia tenaz de muchos meses, anterior incluso a la ofensiva general de enero de 1981.

Esa misma tarde, Radio Venceremos, la voz oficial del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), era captada en San Salvador con insólita nitidez. Estaba emitiendo desde el cerro Guazapa. Mientras tanto, trascendía a la Prensa la destitución del jefe de operaciones, teniente coronel Amaya.

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