Demostraciones de lealtad a los Reyes en la celebración del 445 aniversario de la fundacion de la Infantería de Marina

El rey Juan Carlos recibió ayer en San Fernando (Cádiz) una importante demostración de lealtad por parte de los principales mandos y tropa de la Infantería de Marina, cuerpo que celebra estos días los actos conmemorativos de su 445º aniversario. Este gesto hacia el Rey cobró fuerza al romperse el protocolo y la rigidez castrense del acto que presidía, momento que fue aprovechado por militares y familiares de éstos para apiñarse en torno a don Juan Carlos como testimonio patente, la mayoría de las veces expresado personalmente, de solidaridad con la Corona.

El jefe del Estado, acompañado...

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El rey Juan Carlos recibió ayer en San Fernando (Cádiz) una importante demostración de lealtad por parte de los principales mandos y tropa de la Infantería de Marina, cuerpo que celebra estos días los actos conmemorativos de su 445º aniversario. Este gesto hacia el Rey cobró fuerza al romperse el protocolo y la rigidez castrense del acto que presidía, momento que fue aprovechado por militares y familiares de éstos para apiñarse en torno a don Juan Carlos como testimonio patente, la mayoría de las veces expresado personalmente, de solidaridad con la Corona.

El jefe del Estado, acompañado de la reina Sofía y del Príncipe de Asturias, llegó a San Fernando sobre las 10.30 de la mañana para presidir en el cuartel del Tercio de la Armada los actos conmemorativos de la creación del cuerpo de Infantería de Marina. Entre las personas que se desplazaron a esta ciudad, sede de la Capitanía General de la Zona Marítima del Estrecho, para asistir junto al Rey a estos actos, se encontraban el ministro de Defensa, Alberto Oliart, y el jefe del Estado Mayor de la Armada, almirante Saturnino Suances, así como el delegado del Gobierno en Andalucía, Félix Manuel Pérez, que asistía a su primer acto oficial en el nuevo cargo, y el comandante general de Infantería de Marina, general de división Miguel Yagüe.Los actos, que se desarrollaron en un ambiente completamente distendido y de predisposición hacia los Reyes por parte de los presentes, consistieron en una sencilla ceremonia en el patio de armas del Tercio de la Armada, que incluía, entre otros aspectos, la lectura de artículos de las Reales Ordenanzas, un discurso del general jefe del acuartelamiento y una parada militar, en la que intervinieron, además de los ocho batallones de Infantería de Marina que se encontraban formados en el citado patio, unidades de helicópteros y aviones de despegue vertical pertenecientes al grupo aeronaval.

Tras el desfile, los Reyes se reunieron en un pabellón del acuartelamiento, en un vino de honor, con alrededor de mil personas, entre generales, jefes, oficiales y suboficiales de Infantería de Marina, familiares de éstos e invitados. Numerosas personas, a veces formando aglomeraciones, se desplazaron dentro de este recinto hacia el lugar donde se encontraba el Rey con objeto de estrecharle la mano y saludarle, lo que rompió todo protocolo. El Rey, en un momento determinado, recibió una fuerte ovación de las personas que se encontraban en la sala, al tiempo que el general Francisco Martínez de Galinsoga, presidente de la comisión que redactó las Reales Ordenanzas, daba varios vivas seguidos al Re, que eran secundados enérgicamente por los presentes.

Lealtad y respeto a la ley

El único discurso del acto fue pronunciado por el jefe del Tercio de la Armada, general de brigada Jesús Costa, que hizo un canto a la bandera, resaltó las tradiciones del cuerpo y dedicó gran parte de su alocución a explicar el concepto de lealtad, de la que dijo: "Sin ella, la más estricta disciplina carece de significado, Ia más absoluta dedicación se pierde en empresas erráticas, la obectiencia se transforma en sumisión, y el mando, en simple acto de fuerza".El general Jesús Costa indicó que la lealtad incluye acatamiento y respeto a la ley, y añadió que los infantes de Marina son gentes sencíllas y diferentes, con mentalidad naval, "y por eso entendemos que la mejor y más directa defensa del ordenamiento legal estriba simplemente en cumplirlo". "Ante testigos de excepción", señaló refiriéndose a los Reyes, "hoy los infantes de Marina reafirmamos nuestro compromiso de esforzarnos por estar a la altura que exige la dificil misión confiada: ser puño ofensivo de la flota, punta de lanza de la fuerza naval, siempre dispuesta para lanzarse de la mar contra quien amenace la soberanía, independencia e integridad territorial de España, ya que, como antes decía, la mejor defensa del ordenamiento legal, que como parte de las Fuerzas Armadas también nos corresponde, es cumplir día a día con nuestra misión".

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Tras recordar una frase del discurso de investidura del presidente Leopoldo Calvo Sotelo, en el sentido de que política exterior y política de defensa son materias inseparables, el jefe del Tercio de la Armada explicó que existe un factor circunstancial de gran repercusión en la década de los ochenta, que, a su juicio, lo constituye la lucha por los mercados y las materias primas. "Estando situada, por añadidura, nuestra patria en una de las más señaladas encrucijadas del mundo, de este mundo actual inestable y dividido, tenemos consciencia de la responsabilidad que asumimos, como parte sustancial e inseparable del poder naval, al servicio de los intereses marítimos de la nación".

Desde el Tercio de la Armada los Reyes se trasladaron en helicópteros a la base naval de Rota, donde visitaron el yate Azor, que recientemente ha sido remozado y objeto de una reparación. Este buque, que pertenece a la Armada, fue utilizado en el régimen anterior por el general Franco.

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