Cartas al director

Funcionarios despóticos

Hace unos días tuve oportunidad de comprobar personalmente la incordialidad y, hasta cierto punto, despotismo de los funcionarios de uno de nuestros consulados en Alemania.Me dirigí para efectuar un cambio de estado civil, y después de haber rellenado formularios, hecho fotocopias y, junto con mi marido, haber perdido toda una mañana de trabajo, un señor funcionario volvió a rehacer los formularios (tarea innecesaria, porque los presentados por mí eran completamente legibles) con una aplicación pueril y una parsimonia increíble. Finalmente, nos dijo que tendríamos que volver cuatro veces más, ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Hace unos días tuve oportunidad de comprobar personalmente la incordialidad y, hasta cierto punto, despotismo de los funcionarios de uno de nuestros consulados en Alemania.Me dirigí para efectuar un cambio de estado civil, y después de haber rellenado formularios, hecho fotocopias y, junto con mi marido, haber perdido toda una mañana de trabajo, un señor funcionario volvió a rehacer los formularios (tarea innecesaria, porque los presentados por mí eran completamente legibles) con una aplicación pueril y una parsimonia increíble. Finalmente, nos dijo que tendríamos que volver cuatro veces más, para firmar otros tantos papeles. Todo ello con tono autoritario, que me hizo pensar en un pequeño dictador.

Más tarde, en la sala de espera, me congratulé por la paciencia de los españolitos que perdían, a costa de sus propios bolsillos, horas de trabajo mientras los funcionarios, detrás de la cristalera, hablaban tranquilamente y el chico de información leía Bild (diario de escándalo) con el cajón entreabierto, contestando de mal talante a las preguntas de un confundido emigrante en su formulario, posiblemente por haber roto su fructífera lectura.

Y yo me pregunto, ¿a qué obedece esa falta de eficiencia?, ¿es esa conducta arrogante una constatación, no muy consciente, de su propia inutilidad, y quizá miedo a no se qué?/

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En