Llueve en Marruecos tras las rogativas elevadas a Alá

La lluvia, esperada desde hace más de un año, es noticia de primera página en Marruecos. Ha llovido el pasado fin de semana en todo el Norte, desde Tanger hasta Casablanca y Fez. En las ciudades y pueblos la gente se lanzó a las calles para expresar su júbilo.Los creyentes atribuyen estos chaparrones a las rogativas nacionales organizadas el viernes pasado. Los musulmanes de todo Marruecos, encabezados por el príncipe heredero, Sidi Mohamed, en Rabat, y el primer ministro, Maati Buabid, en Casablanca, elevaron el fin de semana pasado la istisqaa imperatoria a Alá. Los judíos y los crist...

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La lluvia, esperada desde hace más de un año, es noticia de primera página en Marruecos. Ha llovido el pasado fin de semana en todo el Norte, desde Tanger hasta Casablanca y Fez. En las ciudades y pueblos la gente se lanzó a las calles para expresar su júbilo.Los creyentes atribuyen estos chaparrones a las rogativas nacionales organizadas el viernes pasado. Los musulmanes de todo Marruecos, encabezados por el príncipe heredero, Sidi Mohamed, en Rabat, y el primer ministro, Maati Buabid, en Casablanca, elevaron el fin de semana pasado la istisqaa imperatoria a Alá. Los judíos y los cristianos de Marruecos, en solidaridad, hicieron lo mismo a sus respectivos dioses.

Los agnósticos y la oposición replican, no obstante: "Sí, sí; rezaron porque sabían, por los vaticinios meteorológicos, que iba a llover". Si bien nadie va a quedar contento a este respecto, todos respiran aliviados: la lluvia del fin de semana puede impedir la consumación de la catástrofe. Todavía se podrá sembrar y esperar alguna que otra tardía cosecha.

El panorama dejado por esta sequía, que se prolongaba por segundo año consecutivo, como en el sur de España y Portugal, es aterrador: Marruecos ha perdido ya el 35% de la ganadería, ocho millones de cabezas de un total de veinticuatro millones; la producción de cereales ha descendido, según cifras oficiales, en un 56% con respecto a la última campaña agrícola normal; el nivel de los ríos y pantanos había descendido de una manera alarmante.

La lluvia ha traído el optimismo, y el Gobierno ha prometido que no habrá penuria de alimentos, que las reservas de cereales se elevan a 2,6 millones de toneladas y se ha asegurado el suministro de forraje al ganado. Una comisión especial gubernamental debe organizar la distribución de los recursos remanentes de agua potable y recomienda desde ahora el ahorro máximo de energía.

¿De dónde procede este optimismo del Gobierno?, se preguntaba ayer el diario Al Magrib, de la nueva oposición. De la importación. El Gobierno piensa importar todo lo que promete distribuir, añadía.

Y, sin embargo, agregaba: el déficit de nuestra balanza comercial supera ya en los tres primeros meses del año los 2.810 millones de dirhams (40.000 millones de pesetas).

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