Consecuencias de una crisis
Tras la difícil jornada de anteayer, tuvo ayer el país que digerir las importantes consecuencias de aquellos hechos.El primero y fundamental -y en el que, afortunadamente, todos coinciden- es la necesidad de que en este momento no se convoquen nuevas elecciones generales. Ni al Gobierno, ni a la oposición, ni a España le conviene algo que tan gravemente alteraría la marcha de las cosas y en el más inoportuno de los momentos. Las tensiones políticas de estos días deben rsolverse políticamente, sin acudir a fórmulas que serían expeditivas, pero que nadie sabe a dónde podrían conducirnos en este ...
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Tras la difícil jornada de anteayer, tuvo ayer el país que digerir las importantes consecuencias de aquellos hechos.El primero y fundamental -y en el que, afortunadamente, todos coinciden- es la necesidad de que en este momento no se convoquen nuevas elecciones generales. Ni al Gobierno, ni a la oposición, ni a España le conviene algo que tan gravemente alteraría la marcha de las cosas y en el más inoportuno de los momentos. Las tensiones políticas de estos días deben rsolverse políticamente, sin acudir a fórmulas que serían expeditivas, pero que nadie sabe a dónde podrían conducirnos en este momento. Quede, pues, también aquí reiterada la opinión de este periódico en el sentido del mantenimiento de la normalidad constitucional.
El segundo dato es tal vez el único positivo de la jornada de ayer: el compromiso -que esperamos firme- de los socialdemócratas a seguir haciendo posible la gobernabilidad del país. (...)
5 de noviembre