Tribuna:TRIBUNA LIBRE

Paro, parados y políticas de empleo

En España, el paro afecta más a las mujeres, a los solteros, a los jóvenes y a los individuos menos educados. Esta desigual influencia del paro en nuestro país entre colectivos poblacionales es un hecho empírico aceptado por la generalidad y se desagrega de la siguiente manera. Atendiendo a la ocupación, el paro afecta singularmente a los trabajadores no agrarios, conductores y asimilados, a los trabajadores de los servicios y al personal administrativo. Por profesiones, el desempleo se concentra en los trabajos del sector privado. Por características socioeconómicas, se ve que los parados son...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

En España, el paro afecta más a las mujeres, a los solteros, a los jóvenes y a los individuos menos educados. Esta desigual influencia del paro en nuestro país entre colectivos poblacionales es un hecho empírico aceptado por la generalidad y se desagrega de la siguiente manera. Atendiendo a la ocupación, el paro afecta singularmente a los trabajadores no agrarios, conductores y asimilados, a los trabajadores de los servicios y al personal administrativo. Por profesiones, el desempleo se concentra en los trabajos del sector privado. Por características socioeconómicas, se ve que los parados son fundamentalmente trabajadores de baja cualificación. Finalmente, la desigual influencia del paro se muestra en función de la localización geográfica del mismo, predominando en áreas relativamente subdesarrolladas y en las grandes urbes.La razón de la desigual influencia del paro ha recibido interpretaciones alternativas en la literatura económica. Desde un punto de vista tradicional, se considera que esa desigualdad se debe a las características personales de los parados (sexo, edad, educación, etcétera), las cuales explican su comportamiento en el desempleo (o empleo), y a las rigideces en el mercado de trabajo (falta la movilidad ocupacional y geográfica, sa-. larios mínimos, ausencia de información perfecta, etcétera), las cuales frenan el buen funcionamiento del mercado de trabajo Frente a este enfoque tradicional la hipótesis estructural-institucional considera qUe el mercado de trabajo se encuentra dividido en diferentes segmentos. Sus defensores argumentan que la desigual influencia del paro se explica primordialmente por la estructura de la ocupación y no por las características individuales.

Discrepancias entre las políticas de empleo

El enfoque distinto de estas dos interpretaciones del paro crea una discrepancia importante entre las políticas de empleo que cada una recomienda y condiciona. Analizando el poder explicativo de ambas interpretaciones -tal como se apunta en el número 8 de Papeles de Economía Española, dedicado al "Paro y políticas de empleo" Mllegamos a la conclusión de que aunque en el caso español las características personales están relacionadas con la desigual influencia del paro, los factores claves para comprender el porqué del volumen dé desempleci y su efecto singular en determinados colectivosson el tipo de ocupación y, en menor grado, el ciclo y las variaciones de la actividad. En otras palabras, se observa que la estructura de la demanda de trabajo es condicionante del nivel y composición del desem leo. Por tanto, aunque las señales personales son indicativas de la probabilidad de desempleo, éstas, por sí solas, no explican las causas determinantes de la desigual distribución del paro. Se destacan como variables potencialmente explicativas el tipo de ocupación y el ciclo de actividad del trabajador.

En consecuencia, al ser en España la estructura del empleo, el principal condicionante del desempleo en el período de crisis, las políticas de empleo deben de enfocarse hacia la reestructuración de las ocupaciones generadoras de tasas singulares de paro. El énfasis tendría que centrarse en la distinción entre empleos con futuro y sin futuro, y no únicamente en la cualificación del trabajador, las rigideces en el mercado de trabajo y la movilidad laboral.

En otras palabras, hay que. hacer las políticas de empleo menos macroeconómicas y más selectivas, y redirigir parte del esfuerzo de las políticas de recursos humanos hacia la calidad de ciertos trabajos, y no exclusivamente hacia el trabajador.

Ignacio Santillana es doctor en Ciencias Económicas 1. Ignacio Santillana del Barrio: "Paro y estructura ocupacional de la población activa". Papeles de Economía Española, número 8, Madrid, 1981.

Archivado En