NAVARRA

900 telares de Matesa, destruidos por las llamas en Pamplona

Un incendio, de efectos fulminantes, destruyó en la mañana de ayer novecientos telares de la empresa Maquinaria Textil del Norte de España (Matesa) en sus instalaciones del barrio de la Rochapea, en Pamplona. A pesar de la rápida intervención de los servicios del parque de bomberos de Pamplona, el fuego se propagó de forma fulminante y dejó inservibles novecientos de los 2.000 telares que Matesa tenía en sus almacenes. Las pérdidas han sido evaluadas en trescientos millones de pesetas.

El incendio fue descubierto por varios trabajadores sobre las 6.45 horas de ayer. A esa hora, un grupo...

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Un incendio, de efectos fulminantes, destruyó en la mañana de ayer novecientos telares de la empresa Maquinaria Textil del Norte de España (Matesa) en sus instalaciones del barrio de la Rochapea, en Pamplona. A pesar de la rápida intervención de los servicios del parque de bomberos de Pamplona, el fuego se propagó de forma fulminante y dejó inservibles novecientos de los 2.000 telares que Matesa tenía en sus almacenes. Las pérdidas han sido evaluadas en trescientos millones de pesetas.

El incendio fue descubierto por varios trabajadores sobre las 6.45 horas de ayer. A esa hora, un grupo de operarios observó una llamarada en la parte posterior del edificio, junto al lugar en donde se almacenan los telares lwer, marca comercial de Matesa. A pesar de que los bomberos de Pamplona fueron avisados de forma inmediata, las llamas se propagaron con tal rapidez que una gran parte del material almacenado quedó inutilizable.Los telares que ayer ardieron en el incendio procedían de la partida de 4.000 máquinas que Matesa fue obligada a reimportar en 1969, por orden del Gobierno, a raíz del escándalo desatado por una supuesta estafa en las exportaciones de los productos fabricados en Pamplona por esta empresa. De los 4.000 telares Iwer (cuya característica principal es que se trata de una máquina sin lanzadera), Matesa ha ido recuperando a lo largo de los últimos once años unos 2.000, para su reconstrucción y venta al mercado, fundamentalmente exterior. Todo este material se encontraba almacenado -en parte al aire libre- en las traseras del edificio que esta empresa posee en la avenida de Marcelo Zelayeta, del barrio de la Rochapea, en Pamplona.

El incendio afectó tanto al almacén de Matesa como a una de las dependencias de la empresa Manufacturas Arga, SA (MASA), cuya sede social se encuentra en el mismo edificio. En MASA las llamas penetraron por las ventanas, y aun cuando no llegaron a prender en la estructura, algunas de las vigas presentaban, después de sofocado el incendio, grietas profundas. Varios técnicos especializados se personaron en la tarde de ayer en MASA para comprobar el alcance de los daños.

Matesa fue embargada en 1969, después del escándalo desatado en la Prensa por unas presuntas exportaciones de telares Iwer de forma fraudulenta. Desde aquel año la empresa quedó embargada por el Estado, si bien ha continuado con sus actividades industriales, bajo el control de un administrador judicial. En la actualidad el administrador judicial es Juan Miguel Arrieta, que fue alcalde de Pamplona a finales de los años sesenta.

A pesar de su peculiar situación, Matesa continúa fabricando telares, bajo la marca Iwer, fundamentalmente para el mercado exterior. Cuenta con una plantilla de 143 trabajadores, que en repetidas ocasiones han mostrado su preocupación por el futuro de la empresa. Después de que en seis subastas consecutivas, en juzgados .de Madrid y Pamplona, Matesa quedara sin licitador, el porvenir de la sociedad es, en estos momentos, totalmente incierto, a pesar de que la actividad industrial de la empresa continúa con normalidad. Se estima que existen, en cincuenta países del mundo, alrededor de 15.000 telares Iwer en funcionamiento.

La actividad de Matesa en los últimos años ha consistido en la fabricación de los telares sin lanzadera, aprovechando parte del piecerio de las máquinas almacenadas, según informaron ayer portavoces de la empresa. De los telares que volvieron a Pamplona en 1969 se aprovechaba en la actualidad un 30% de las piezas para la construcción de nuevas máquinas, que salían a la venta en el mercado al precio de 800.000 pesetas la unidad.

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El incendio de ayer puede afectar de forma importante al futuro de la empresa, ya que las pérdidas han sido considerables. De otra parte, antes de que finalice noviembre, el Estado deberá adoptar una actitud sobre el futuro de Matesa -después de que las seis subastas de esta empresa quedaran desiertas-, que, en opinión de los trabajadores, debe pasar por el mantenimiento de la industria y la conservación de los puestos de trabajo.

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