EDUCACION

Regionalización de la enseñanza, tema de debate para los partidos mayoritarios

ENVIADO ESPECIALLa era de la escolarización, característica de las sociedades industriales de los dos últimos siglos, parece haber empezado a rozar el techo de sus posibilidades y, sin embargo, aún no se adivinan en el horizonte soluciones mínimamente claras para los eternos problemas de la educación y, en definitiva, para el ser o no ser de la escuela, en opinión del sociólogo Alberto Moncada, director del seminario sobre La regionalización de la educación en España y en América Latina, iniciado ayer en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo, de Santander.

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ENVIADO ESPECIALLa era de la escolarización, característica de las sociedades industriales de los dos últimos siglos, parece haber empezado a rozar el techo de sus posibilidades y, sin embargo, aún no se adivinan en el horizonte soluciones mínimamente claras para los eternos problemas de la educación y, en definitiva, para el ser o no ser de la escuela, en opinión del sociólogo Alberto Moncada, director del seminario sobre La regionalización de la educación en España y en América Latina, iniciado ayer en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo, de Santander.

En opinión de Moncada, los dos pilares del sistema -la red pública y la red privada de la enseñanza- resultan igualmente insatisfactorios para dar respuestas válidas a los presupuestos teóricos de la educación, y en España, una tercera vía posible, el cooperativismo, se presenta como una alternativa todavía utópica.

Las críticas a la calidad de la enseñanza no son exclusivas de nuestro país. Las diatribas contra la inutilidad y el aburrimiento de la escuela son universales. Sucede, no obstante, según Alberto Moncada, que en todas partes, y muy particularmente en España, el de la escuela no ha empezado a ser aún un problema estrictamente pedagógico, sino estructural. La familia de la sociedad industrial, en puridad, aún no ha empezado a pedir otra cosa que la prestación de un servicio entendido dentro de las estrictas coordenadas que dicha sociedad ha adjudicado al sistema escolar, que no son otras que las de servir a una mera ordenación de los espacios y los tiempos de la ciudad moderna.

El tema de la obligatoriedad de la enseñanza es el principio y fundamento de esas reglas de juego, es algo que ya nadie discute. El fenómeno de la exigencia de guarderías es un ejemplo perfectamente insertado dentro de esas reglas. Lo prioritario es, todavía, la escolarización misma. Lo que suceda después dentro del aula, la educación en sí misma, parece secundario.

La pesimista visión de Moncada dibuja un panorama realmente oscuro y a la vez apasionante para lo que pueda suceder en este seminario en los días sucesivos, si se tiene en cuenta que su objetivo de fondo es la clarificación del tema de la regionalización de la enseñanza, al hilo de la difícil empresa política que supone la construcción del Estado de las autonomías.

María Izquierdo (PSOE), Eulalia Vintró (PCE), Virgilio Velasco (AP), Miguel Angel Arroyo (UCD) y diversos representantes de los Gobiernos autonómicos tienen ante sí la complicada responsabilidad de convencer a la sociedad española de que la descentralización puede contribuir realmente a resolver los problemas estructurales del sistema educativo español y, al mismo tiempo, hacer posible que todos recuperemos un poco nuestra fe en la escuela.

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