La confianza política

( ... ) Si de aquí a la vuelta de vacaciones conseguimos todos los españoles superar el clima, de crispación política, incertidumbre económica e hipersensibilidad emocional habremos dado un gran paso para implantar el ambiente de confianza imprescindible para cimentar sobre él la consolidación democrática, la recuperación de la economía y la normalización de la convivencia. El problema está en saber cuál es la aportación que cada cual puede hacer, porque lo que tienen que hacer los demás lo sabemos perfectamente. Los grandes oradores, los políticos, los poetas, los dictadores, los médicos, los...

( ... ) Si de aquí a la vuelta de vacaciones conseguimos todos los españoles superar el clima, de crispación política, incertidumbre económica e hipersensibilidad emocional habremos dado un gran paso para implantar el ambiente de confianza imprescindible para cimentar sobre él la consolidación democrática, la recuperación de la economía y la normalización de la convivencia. El problema está en saber cuál es la aportación que cada cual puede hacer, porque lo que tienen que hacer los demás lo sabemos perfectamente. Los grandes oradores, los políticos, los poetas, los dictadores, los médicos, los demagogos, los líderes y los sociólogos saben muy bien que el complicado mecanismo de las reacciones humanas se pone en marcha para la creación o para la destrucción, para la obra de arte o para la guerra, con unas pocas palabras mágicas. En el ámbito económico y social pocas palabras pueden existir con más contenido potencial que ésta: confianza. Para reformar, para invertir, para producir, para negociar apenas tienen valor los términos saneamiento, austeridad, planificación, competitividad, relanzamiento, crisis, expansión. En el fondo, el catalizador, el lubricante idóneo de las reacciones humanas, empresariales o laborales, no es otro que la confianza. Ojalá no sea verdad lo que aseguraba Publilio Siro: «La confianza, lo mismo que la vida, nunca vuelve al sitio de donde huyó». ( ... )

, 10 de julio