Tribuna:

Bolsa sin nervio

Las sesiones bursátiles de ayer han resultado las más aburridas e intrascendentes de los últimos tiempos. La actividad en los corros no pasó de las actuaciones de puro oficio por parte de los operadores, quienes se las veían y deseaban para justificar su presencia en las salas de contratación.Sin embargo, y con ser muy pocas las órdenes qué recogían los mediadores a primera hora de la mañana, las ventas continuaron superando siempre a una tímida demanda, que tan pronto como aparecía era cumplidamente satisfecha.

El papel latente continúa, por tanto, siendo manifiesto, mientras que los e...

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Las sesiones bursátiles de ayer han resultado las más aburridas e intrascendentes de los últimos tiempos. La actividad en los corros no pasó de las actuaciones de puro oficio por parte de los operadores, quienes se las veían y deseaban para justificar su presencia en las salas de contratación.Sin embargo, y con ser muy pocas las órdenes qué recogían los mediadores a primera hora de la mañana, las ventas continuaron superando siempre a una tímida demanda, que tan pronto como aparecía era cumplidamente satisfecha.

El papel latente continúa, por tanto, siendo manifiesto, mientras que los especialistas continúan a la espera de algún signo que haga prever una reacción, aunque no sea más que de tipo técnico, para comenzar a moverse.

Dentro del sector bancario se produjeron operaciones de menudeo, y las siete grandes entidades contaron con más oferta que demanda. Ayer, incluso el Santander presentó saldos vendedores, circunstancia que aprovechó para recortar dos puntos su precio. En esta actitud han querido apreciar buena parte de los asistentes a la sesión en Madrid el inicio de una flexión en sus precios que sería vista con buenos ojos por sus cuidadores.

La esperanza del mercado, casi la única, es que el presidente del Gobierno no haga oídos sordos a las recomendaciones de los .banqueros y se establezcan las medidas que incentiven la inversión en valores, o al menos que no la desanimen.

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