RELIGION

La Iglesia cada vez goza de menos credibilidad, afirma el teólogo Schillebeeckx

«Leed la Biblia y luego el libro de Schillebeeckx», recomendaba el cardenal Alfrink a un grupo de jóvenes. El libro al que se referia el prelado holandés se llama Jesús, la historia de un viviente el mismo sobre el que la Congregación de la Fe sospecha que se encubren nueve herejías.

Eduardo Schillebeeckx, 67 años, teólogo dominico de origen belga-flamenco, afincado en Nimega, tiene abierto expediente desde 1977. Los censores romanos opinan que sus ideas sobre Jesús de Nazaret se apartan de la ortodoxia. Schillebeeckx encuentra abusivo, por ejemplo, decir que «el pecado ha sido tan gran...

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«Leed la Biblia y luego el libro de Schillebeeckx», recomendaba el cardenal Alfrink a un grupo de jóvenes. El libro al que se referia el prelado holandés se llama Jesús, la historia de un viviente el mismo sobre el que la Congregación de la Fe sospecha que se encubren nueve herejías.

Eduardo Schillebeeckx, 67 años, teólogo dominico de origen belga-flamenco, afincado en Nimega, tiene abierto expediente desde 1977. Los censores romanos opinan que sus ideas sobre Jesús de Nazaret se apartan de la ortodoxia. Schillebeeckx encuentra abusivo, por ejemplo, decir que «el pecado ha sido tan grande que Dios ha exigido la muerte de su Hijo». Las cosas son más sencillas: «No ha sido Dios quien ha entregado a la muerte a su Hijo, sino que han sido los hombres los que le han matado». Para clarificar ésa y las ocho cuestiones pendientes, el encausado ha sido sometido a un procedimiento que «está en contradicción con los derechos del hombre, «ya que ni se conoce al denunciante, ni se permite la elección del defensor, ni el proceso es público».Hace unos días tuvo que volver a Roma y fue requerido a clarificar en un artículo los puntos denunciados. El teólogo dominico se ha negado, arguyendo que lo que ha expuesto en las seiscientas páginas de su obra no lo va a resumir en unos folios. En lugar deI artículo exigido, Schillebeeckx ha concedido una conferencia de Prensa en la que el comedido profesor ha pasado a la ofensiva.

«El papa Juan Pablo ll», ha dicho, «se muestra bastante abierto cuando se trata de defender los derechos del hombre, pero no ocurre lo mismo a la hora de enjuiciar los problemas de la Iglesia, de la moral y del sacerdocio. En estos temas es un restauracionista, es un polaco. En lo que dice sobre la ética cristiana es muy conservador». A Schillebeeckx le preocupa la distancia que se está creando entre el mundo de la cultura y el Papa actual a pesar de su éxito popular. Ese «cristianismo folklórico» tiene, desde su punto de vista, poco futuro, porque «el Papa no puede estar todos los días en Alemania, en Francia o en Suramérica. Así no se puede seguir».

Luego insiste en una idea que desarrolló su colega alemán, Juan Bautista Metz, en el viaje del Papa a Alemania: «Quien hace la historia no es el Papa ni los obispos, sino el pueblo de Dios». Y las enseñanzas que la jerarquía ofrece «nada dicen a la gente de hoy». El dominico belga entiende que el proceso que se le está haciendo, al igual que al francés Pohier y al suizo Küng, es un proceso a una determinada manera de hacer teología. «Siempre se ha hecho teología política. Antes era una teología política de derechas, ahora es de izquierdas. Y ahora se dice que eso no procede. La verdad es que una teología neutra es imposible».Las denuncias más contundentes se refieren quizá al ministerio sacerdotal. «Considero que el derecho canónico ha trivializado la naturaleza de la eucaristía. Ahí se desarrolla una concepción mágica del sacerdocio. En Holanda son muchos los que, trabajando en la comunidad cristiana, estarían dispuestos a ordenarse sacerdotes, pero casados. Opino que el celibato obligatorio es una anomalía de la IgIesia».

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