El robo de 600 metros de cable telefónico provocó una avería en el centro de control de vuelo de Paracuellos

El robo de seiscientos metros de cable telefónico motivó, en la madrugada de ayer, una avería parcial en el servicio de comunicaciones del centro de control aéreo de Paracuellos del Jarama. El cable robado, de unos seis centímetros de espesor, tiene un peso próximo a las diez toneladas, servía de enlace con la estación telefónica de Torrejón de Ardoz, incluía tres de las cinco líneas de comunicación para el control aéreo y era fundamental para el correcto funcionamiento del centro.

La tranquila hora de la madrugada en que el robo fue perpetrado -poco después de las tres- y la diligencia...

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El robo de seiscientos metros de cable telefónico motivó, en la madrugada de ayer, una avería parcial en el servicio de comunicaciones del centro de control aéreo de Paracuellos del Jarama. El cable robado, de unos seis centímetros de espesor, tiene un peso próximo a las diez toneladas, servía de enlace con la estación telefónica de Torrejón de Ardoz, incluía tres de las cinco líneas de comunicación para el control aéreo y era fundamental para el correcto funcionamiento del centro.

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La tranquila hora de la madrugada en que el robo fue perpetrado -poco después de las tres- y la diligencia de los servicios de reparaciones de la Compañía Telefónica determinaron que las alteraciones en los vuelos fueran mínimas, a pesar de la relativa importancia de la avería ocasionada por los ladrones. A las diez de la mañana, las condiciones iniciales habían sido restablecidas.Los síntomas de avería grave fueron detectados sobre las 3.30 horas. Tres de los cinco enlaces de que dispone el centro de control de Paracuellos estaban inutilizados. Poco después se supo que el cable telefónico, montado sobre postes, estaba interrumpido.

Posteriores averiguaciones aclararon definitivamente la naturaleza de la avería: seiscientos metros de cable de cobre, recubierto de amianto y reforzado con caucho, habían sido robados. Había que descartar, por tanto, la hipótesis de un sabotaje. El móvil del robo también parecía seguro: el precio del cable de cobre es alto y, por consiguiente, los ladrones pretendían revenderlo.

Afortunadamente, la hora a la que perpetraron el robo era de baja frecuencia en el tráfico aéreo; apenas algún vuelo en tránsito podría verse afectado por el desajuste, si es que la reparación habría de ser rápida. Por ello, los técnicos del centro siguieron un plan de desvío de operaciones hacia la central telefónica del pueblo de Barajas. Simultáneamente, el centro de control cursó un telegrama internacional en el que se comunicaba la avería y se anunciaba una inmediata restricción del tráfico.

El centro de Paracuellos es una de las tres instalaciones de control que cubren la Península Ibérica y una zona del Mediterráneo; las otras dos, Barcelona y Palma de Mallorca, completan la red. La zona centro podía verse gravemente afectada por el problema.

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Las ventajas que ofrecía la hora apenas si forzaron a algunas demoras en los vuelos. Una vez establecido el puente telefónico con Barajas-pueblo, los técnicos atendieron a restituir la sección de cable robada. Las líneas de manipulación, de radiotransmisores y telefónicas fueron repuestas paulatinamente, y a las diez de la mañana, después de escasas alteraciones en el régimen de vuelos, el problema había sido casi totalmente subsanado. A mediodía, el enlace entre el centro de control de Paracuellos y la central telefónica de Torrejón de Ardoz estaba completamente restaurado.

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