España, preocupada por el retraso en los trabajos de la CSCE

España expresó ayer su preocupación ante el retraso que registran los trabajos de la Conferencia de Madrid, que, un día después de la fecha prevista inicialmente para su terminación, «no ha conseguido redactar todavía una sola línea del documento final».El embajador Javier Rupérez, jefe de la delegación española, intervino ayer ante la 44ª, sesión plenaria de esta Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), que tenía el 5 de marzo como fecha indicativa para la terminación de los trabajos y la redacción de un documento final.

«La prolongación desmesurada de estas reunione...

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España expresó ayer su preocupación ante el retraso que registran los trabajos de la Conferencia de Madrid, que, un día después de la fecha prevista inicialmente para su terminación, «no ha conseguido redactar todavía una sola línea del documento final».El embajador Javier Rupérez, jefe de la delegación española, intervino ayer ante la 44ª, sesión plenaria de esta Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), que tenía el 5 de marzo como fecha indicativa para la terminación de los trabajos y la redacción de un documento final.

«La prolongación desmesurada de estas reuniones, independientemente de sus resultados, en nada beneficia su credibilidad», dijo Rupérez. El representante español insistió en que debe tomarse conciencia de esta irregularidad en la duración de la reunión de Madrid y reflexionarse sobre el tema.

Según el jefe de la delegación española, a estas alturas se sabe ya, con mínimo margen de error, cuatro cosas básicas sobre la situación de las negociaciones de la CSCE: «Lo que, por su importancia, debe incluirse en el documento final; lo que, por la acogida recibida puede, desde ahora, incluirse en él; lo que por su irrelevancia o improcedencia, no debe incluirse en el documento final, y, en fin, lo que, por las dificultades que suscita, no puede todavía incluirse en él».

La tarea inmediata de esta Conferencia de Madrid, que se inició el pasado 11 de noviembre, es, en opinión del embajador Rupérez, el lograr que «pueda, efectivamente, incluirse en el documento final, lo que ya sabemos que, por su importancia, debe ser incluido, pero que, por su dificultad, no puede todavía incluirse».

Hizo referencia el delegado español a aquellos cónclaves para elegir Papa que, dada su interminable duración, obligaron a la adopción de una medida tan drástica como el reducir la ración de comida de los cardenales, medida que mostró su eficacia. «Nadie piense que el país anfitrión tiene intención de someter a los señores delegados a la dura prueba de las privaciones físicas», explicó Rupérez. «España se honra con su presencia y acogerá esta Conferencia el tiempo que sea necesario. Pero, como una delegación más, nos preocupa el cariz de intemporalidad que la reunión está empezando a adquirir».

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