Versiones opuestas sobre una presunta paliza a un vendedor ambulante

En la madrugada de ayer, un incidente protagonizado, por un lado, por un grupo de vendedores ambulantes y, por otro, por miembros de la Patrulla de Seguridad Ciudadana de la Policía Municipal produjo versiones contradictorias. En tanto que una hablaba de que un vendedor ambulante había recibido una paliza por parte de miembros de la policía, la otra aseguraba que lo único que se habla producido había sido la retirada de un camión de frutas que estaba aparcado en el lugar reservado para un mercadillo.Según los vendedores, a las cinco de la madrugada del jueves, un grupo de policías municipales ...

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En la madrugada de ayer, un incidente protagonizado, por un lado, por un grupo de vendedores ambulantes y, por otro, por miembros de la Patrulla de Seguridad Ciudadana de la Policía Municipal produjo versiones contradictorias. En tanto que una hablaba de que un vendedor ambulante había recibido una paliza por parte de miembros de la policía, la otra aseguraba que lo único que se habla producido había sido la retirada de un camión de frutas que estaba aparcado en el lugar reservado para un mercadillo.Según los vendedores, a las cinco de la madrugada del jueves, un grupo de policías municipales que oscilaba entre los doce y los quince quisieron obligar a uno de ellos a desalojar su camión de frutas de donde lo tenía aparcado, en el solar reservado para mercadillo. Ante la negativa del vendedor, quien, según dicen sus compañeros, cuenta con toda la documentación en regla, los policías le sometieron a supuestos malos tratos. Cuando el vendedor, de nombre Juan Blanco Rodríguez, puso la denuncia en la comisaría de Villaverde, la retiró posteriormente.

Según José Barrionuevo, tercer teniente de alcalde, y al margen de que el citado vendedor tenga licencia o no, los vigilantes nocturnos municipales, ayudados luego por miembros de la Patrulla de Seguridad Ciudadana, le expulsaron simplemente por lo tempramo de la hora, ya que está prohibido ocupar el espacio antes de la hora señalada, sin que hubiera agresión alguna. Este mínimo incidente fue utilizado -dijo- por los vendedores para soliviantar al gremio y forzar así al Ayuntamiento a concederles mayores facilidades.

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