Buenas perspectivas

Las precipitaciones recogidas ayer en numerosas áreas de la geografía española pueden ser interpretadas por el momento solamente como el principio del fin de la angustiosa sequía que actualmente padece nuestro país. Sin embargo, las zonas más deprimidas por la escasez de agua fueron curiosamente las que menor precipitación recogieron ayer. Con datos de hasta la una de la tarde, Valencia había recogido tan sólo dos décimas de litro por metro cuadrado; Alicante, dos litros; Cáceres, una décima, siendo inapreciables los registros de Badajoz y Murcia.Los valores más altos fueron los ...

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Las precipitaciones recogidas ayer en numerosas áreas de la geografía española pueden ser interpretadas por el momento solamente como el principio del fin de la angustiosa sequía que actualmente padece nuestro país. Sin embargo, las zonas más deprimidas por la escasez de agua fueron curiosamente las que menor precipitación recogieron ayer. Con datos de hasta la una de la tarde, Valencia había recogido tan sólo dos décimas de litro por metro cuadrado; Alicante, dos litros; Cáceres, una décima, siendo inapreciables los registros de Badajoz y Murcia.Los valores más altos fueron los correspondientes a Madrid (trece litros); Toledo, con diez, y Ciudad Real, con ocho. Situación, pues, que no añade nada nuevo al panorama agrícola español, tan castigado por esta sequía. Sin embargo, y según comentábamos ayer, los pronósticos a medio plazo son optimistas.

La circulación del Oeste, a la que aparecen asociados los frentes nubosos que desde el Atlántico llegan al continente europeo, ya no encontrarán, a medio plazo, la infranqueable barrera que constituía hasta hace unos días el potente centro de altas presiones ubicado sobre las Azores. Y aunque el aporte de agua no va a ser momentáneamente notable ni capaz de sacar del atolladero a nuestros recursos hídricos, es de esperar que esa entrada, que se pronostica constante a medio plazo, empiece realmente a ser principio del fin de esta sequía, que para numerosas áreas de la vertiente atlántica tiene ya una historia de casi tres meses de duración.

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