Se agravan las disensiones en el Partido Socialdemócrata alemán

Apenas despojado el canciller Helmut Schmidt de sus atributos de doctor honoris causa por la Sorbona, la cruda realidad ha vuelto a imponerse. A la nueva, o renovada, aproximación francoalemana, que en Bonn se ha interpretado también como un «servicio» mutuo del presidente Giscard d'Estaing, en vísperas electorales, y del canciller alemán, cada vez más débil ante su propio partido, han seguido dos hechos especialmente graves para el jefe del Gobierno de Bonn.

La directiva socialdemócrata del bajo Rin, que habría de dar el primer paso contra el diputado Karl-Heinz Hansen, decr...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Apenas despojado el canciller Helmut Schmidt de sus atributos de doctor honoris causa por la Sorbona, la cruda realidad ha vuelto a imponerse. A la nueva, o renovada, aproximación francoalemana, que en Bonn se ha interpretado también como un «servicio» mutuo del presidente Giscard d'Estaing, en vísperas electorales, y del canciller alemán, cada vez más débil ante su propio partido, han seguido dos hechos especialmente graves para el jefe del Gobierno de Bonn.

La directiva socialdemócrata del bajo Rin, que habría de dar el primer paso contra el diputado Karl-Heinz Hansen, decretando su expulsión del partido, se ha opuesto mayoritariamente a toda medida de rigor contra él. Hansen había acusado estos días al canciller Schmidt de seguir una línea política «antisocialdemócrata». Otro diputado, Klaus Matthiesen, ha contribuido también a acentuar las tribulaciones del jefe del Gobierno. Matthiesen, candidato socialdemócrata a la jefatura de Gobierno en la región más septentrional de la RFA, Schleswig-Holstein, ha tirado la toalla como respuesta a la negativa del canciller de Bonn a impedir la continuación de las obras de la central nuclear de Brokdorf.

El diputado norteño apuró hasta el mismo viernes para convencer al canciller, pero Schmidt no cedió. Helmut Schmidt debe ahora responder de las consecuencias de su decisión pro Brokdorf: la renuncia, por ahora, a la conquista de un importante Gobierno regional a cambio de la construcción de una central atómica, símbolo en los últimos cinco años de la resistencia antiatómica.

La situación es tan crítica que el jefe socialdemócrata, Willy Brandt, ha anticipado al viernes una sesión extraordinaria de la directiva del partido.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En