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1.000 millones de musulmanes festejan el nacimiento del profeta del Islam / y 2

Muhammad, cumplidos sus cuarenta años de edad, gustaba de frecuentar una caverna en el monte Hira, cerca de La Meca. Allí se sentía más liberado: más cerca de Dios. Una noche, en la segunda quincena del mes de Ramadán del año 610 después de Cristo, la oscura soledad de la caverna se inunda de luz. Una figura, vestida de blanco, le dice: «¡ Lee! ». Y le muestra una tela escrita. «No sé leer», responde Muhammad. Se le repite: «Lee, en nombre de tu Señor, el que creó ... ». Tras completar la primera revelación, se le dice: «¡Oh, Muhammad!, tú eres un profeta de Dios. Yo soy el ángel Gabriel. Al p...

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Muhammad, cumplidos sus cuarenta años de edad, gustaba de frecuentar una caverna en el monte Hira, cerca de La Meca. Allí se sentía más liberado: más cerca de Dios. Una noche, en la segunda quincena del mes de Ramadán del año 610 después de Cristo, la oscura soledad de la caverna se inunda de luz. Una figura, vestida de blanco, le dice: «¡ Lee! ». Y le muestra una tela escrita. «No sé leer», responde Muhammad. Se le repite: «Lee, en nombre de tu Señor, el que creó ... ». Tras completar la primera revelación, se le dice: «¡Oh, Muhammad!, tú eres un profeta de Dios. Yo soy el ángel Gabriel. Al profeta Muhammad la paz sea con él, se le encarga una misión: anunciar el Islam (sumisión a Dios)». Las bases emanan de las. 114 suras reveladas por Dios, a través del ángel Gabriel, en distintas oportunidades, y que constituyen Al quran (El corán), libro sagrado e inimitable. El espíritu y mensaje de esas azoras, reveladas durante veintidós años, son de tal sublimidad que escapan a toda definición. Al quran es una enciclopedia religiosa, moral, social, cultural y política. Encierra todas las leyes y normas que rigen a los musulmanes, en siete capítulos.El musulmán debe creer:

- En Dios único. Eterno. Creador. Principio y fin de todas las cosas. Señor de los mundos. Dueño del juicio y del destino final.

- En los ángeles, en los profetas y en los libros sagrados.

Los principios o columnas del Islam se basan:

- En el testimonio se declara, solemnemente, delante de dos o más testigos, que: «No hay más que un solo Dios y Muhammad es un profeta de Dios», un mensajero ante la humanidad. Las otras columnas del Islam son:

- La oración, a cumplir, diariamente, cinco veces, en tiempos establecidos.

- La limosna legal, que tiene un amplio sentido de justicia social y equiparación económica.

- El ayuno, especialmente el del mes de Ramadán, y

- La peregrinación a La Meca, una vez en la vida, para quien esté en condiciones de cumplirla.

Hay además una serie de normas morales y prohibiciones como:

- Abstenerse de: matar, mutilar, robar, cometer adulterio, beber alcohol, comer carne de cerdo y animales infectos, apostar en los juegos de azar, etcétera.

La Constitución de Medina

En el año 622 después de Cristo, primero de la Hégira, el profeta Muhamniad establece, en la ciudad de Medina -la antigua Yatrib- un orden sociopolítico cuyas bases más fundamentales rigen los destinos de la Umma (comunidad de los musulmanes) y se podrían resumir en: democracia, libertad, igualdad, justicia y fraternidad.

Contiene, además, conceptos tan importantes como: la tolerancia religiosa; la valoración del individuo, libre y sin clases, al que se le incita a una introspección, en la que potencie su capacidad espiritual; el respeto a la vida; el derecho de herencia; la prohibición de la esclavitud y de la usura; la defensa del individuo, especialmente el oprimido, el huérfano y la viuda; el sentido de la paz, y un largo etcétera.

En el octavo año de la Hégira, 630 después de Cristo, tras una apretada serie de hechos trascendentales y tras la ruptura del pacto pqr los kuraichitas, que en su fortaleza de La Meca continuaban ejerciendo la opresión y el politeísmo, el profeta Muhammad y los musulmanes deciden acabar con las falsas creencias, las tiranías y demás lacras socioeconómicas que aún perduran en La Meca e implantar la adoración al Dios único, acabando con la idolatría pagana e inmoral. La conquista es incruenta. La amnistía general. Nunca la misericordia y el perdón tuvieron un exponente tan ejemplar.

La población de La Meca, primero con temor, luego con confianza y finalmente con entusiasmo, aclama al profeta y acepta su nuevo orden religioso, político y social. La Kaaba será por siempre templo de Dios. Es el triunfo del monoteísmo absoluto.

El profeta Muhammad, la paz sea con él, sabe que va a morir. Antes que se cumpla el fatal acto, se despide de los musulmanes, en La Meca, con el «Sermón del adiós», en el que recuerda todas las leyes y normas morales. Recomienda ser cuidadosos con los bienes de los huérfanos, generosos con los necesitados, respetuosos con las mujeres, considerados con las viudas, recatados en el lenguaje, misericordiosos con deudores y ofensores justos en la herencia y que no olviden los musulmanes el sentido de la tolerancia y que Dios es la paz.

Ya en Medina distribuye los escasos bienes que posee, renuncia a todos los títulos terrenos, manda que no se le rindan honores póstumos y pide ser enterrado en una humilde tumba.

El profeta, cumplida su misión, sólo tiene ansias de Dios.

El día 12 de abril del año 632 después de Cristo, con la mirada fija en lo alto, sereno el corazón, invocando a Dios, muere Muhammad, el «sello de los profetas».

Alvaro Machordom Comins es secretario general de la Comunidad Musulmana de España.

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