Las divergencias franco-alemanas

Con pocas horas de intervalo, los portavoces del Elíseo y del Gobierno de Bonn han reafirmado que Giscard d'Estaing y el canciller Schmidt o, más generalmente, Francia y la República Federal de Alemania, se entienden maravillosamente. El motivo de este comentario era la conversación telefónica que los dos hombres de Estado habían tenido el sábado 11 de enero, después de las vacaciones del canciller, y que habían tenido como tema todos los asuntos de actualidad: economía, Africa, relaciones con Washington y Moscú.La explicación reside en los rumores que existían estas últimas semanas al otro la...

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Con pocas horas de intervalo, los portavoces del Elíseo y del Gobierno de Bonn han reafirmado que Giscard d'Estaing y el canciller Schmidt o, más generalmente, Francia y la República Federal de Alemania, se entienden maravillosamente. El motivo de este comentario era la conversación telefónica que los dos hombres de Estado habían tenido el sábado 11 de enero, después de las vacaciones del canciller, y que habían tenido como tema todos los asuntos de actualidad: economía, Africa, relaciones con Washington y Moscú.La explicación reside en los rumores que existían estas últimas semanas al otro lado del Rhin, según los cuales el entendimiento Giscard d'Estaing-Schmidt no era lo que había sido. El New York Times y el International Herald Tribune se habían hecho eco de esta información.

¿Quién tendría interés en envenenar las relaciones franco-alemanas? Según el diario Die Welt, los medios oficiales de Bonn y de París sospechan que es una maniobra de los círculos que rodean al presidente electo Reagan, que podrían pretender demoler el eje Bonn París para restablecer la influencia americana en Europa. (...)

Sin embargo, hay un hecho indiscutible: la doble evolución de la política Este-Oeste de Francia y Alemania Occidental. (...)

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Hoy, los tiempos han cambiado: la desconfianza de París frente a Moscú va aumentando y el diálogo franco-soviético disminuye; Francia, aunque permanece fuera de la integración atlántica, ha respondido mejor que ningún otro aliado al llamamiento americano para el reforzamiento de la defensa. Por el contrario, Bonn ha dejado de ser un aliado incondicional de Estados Unidos, y las relaciones de Carter y Schmidt eran detestables; por otra parte, el canciller hará todo lo posible por salvar el mínimo de distensión que permite humanizar las relaciones entre las dos Alemanias y desarrollar con el Este un comercio fructífero.

¿Se debe deducir que París y Bonn discreparán siempre sobre este asunto? ¿No. se puede constatar más bien que la doble evolución de Francia y de Alemania les lleva a una posición media común entre el Este y el Oeste y que el entendimiento franco-alemán no ha sido nunca tan completo?

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