Sólo intenciones

Entre las muchas propuestas que se han hecho en la Conferencia de Madrid -derechos humanos, desarme, cultura e incluso economía- cabe destacar la participación española en una sobre terrorismo, dada a conocer el pasado jueves. Copatrocinada por algunos países, como Italia, Alemania e Inglaterra, que sufren el azote terrorista de extrema derecha o de extrema izquierda, acusa la gravedad que para la estabilidad y la paz sociales entrañan las acciones terroristas. Francia no la ha suscrito. (...)Hace poco tiempo que España puso el dedo en la llaga de la complicidad francesa con las acciones terro...

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Entre las muchas propuestas que se han hecho en la Conferencia de Madrid -derechos humanos, desarme, cultura e incluso economía- cabe destacar la participación española en una sobre terrorismo, dada a conocer el pasado jueves. Copatrocinada por algunos países, como Italia, Alemania e Inglaterra, que sufren el azote terrorista de extrema derecha o de extrema izquierda, acusa la gravedad que para la estabilidad y la paz sociales entrañan las acciones terroristas. Francia no la ha suscrito. (...)Hace poco tiempo que España puso el dedo en la llaga de la complicidad francesa con las acciones terroristas de ETA. En el Consejo de Europa se le acusó abiertamente de dar refugio a grupos etarras, que utilizan suelo francés para programar y ejecutar actos terroristas en España. ( ... )

Esto no significa que Francia no haya colaborado en ocasiones en la lucha internacional contra el terrorismo. Lo ha hecho con Alemania y con Italia, concretamente, dos de los siete países que han formulado la propuesta en la Conferencia de Madrid.

No ha ocurrido lo mismo con España, conculcando de esta forma un principio teórico compartido por todos los Estados firmantes de los acuerdos de Helsinki, que obliga no sólo a condenar, sino a extender y reforzar la cooperación entre los países, y sobre todo los limítrofes -tal es el caso hispano-francés-, para adoptar medidas contra el terrorismo. Algo que España tantas veces ha exigido de Francia y que ésta ha negado de forma sistematica. Es curioso que fuera el propio presidente Giscard el que pusiera en el aire la fórmula de un «espacio jurídico europeo» para disuadir a los terroristas de sus acciones. La práctica jurídica no la ha puesto en marcha. Antes que la acción judicial, quizá sea más necesaria la policial en este importante tema, que afecta por igual a todos los países occidentales o neutrales europeos, ya que ninguno puso objeciones a la propuesta.

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, 13 de diciembre

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