El principal acusado en el juicio de Pau asegura que trabaja para un organismo oficial francés

El principal enigma que envuelve los atentados contra refugiados y militantes de ETA en el País Vasco francés no va a resolverse, al menos oficialmente, durante el juicio que se sigue en Pau -en sesiones maratonianas rodeadas de grandes medidas de seguridad- contra cuatro miembros del grupo de delincuentes a sueldo que, presuntamente, dispararon, el 13 de septiembre de 1979, en Biarritz, sobre Justo Elizarán Periko. El responsable del grupo, Maxime Szonek, de 43 años, asegura una y otra vez, casi alardeando de ello, que trabaja para un organismo oficial francés, cuya identidad exact...

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El principal enigma que envuelve los atentados contra refugiados y militantes de ETA en el País Vasco francés no va a resolverse, al menos oficialmente, durante el juicio que se sigue en Pau -en sesiones maratonianas rodeadas de grandes medidas de seguridad- contra cuatro miembros del grupo de delincuentes a sueldo que, presuntamente, dispararon, el 13 de septiembre de 1979, en Biarritz, sobre Justo Elizarán Periko. El responsable del grupo, Maxime Szonek, de 43 años, asegura una y otra vez, casi alardeando de ello, que trabaja para un organismo oficial francés, cuya identidad exacta no puede revelar, y se atribuye un papel equivalente al de agente secreto dedicado a recoger informaciones sobre palestinos, libios y militantes de ETA.Pero según la acusación y los testigos que declararon ayer, las actividades de Szonek y sus compañeros son menos limpias. La policía les seguía la pista desde que atrajo su atención la coincidencia entre atentados en el País Vasco francés y viajes a la costa vasca de los acusados. Esta labor previa permitió detener, apenas dos horas después de que Elizarán fuera tiroteado, al propio Szonek, a Henri Bergés, de veintiséis años, a Marc Obadía, marroquí, de veintiséis años también, y al argelino residente en España Jean Claude Ruiz. El primero y los dos últimos, reconocidos como proxenetas o explotadores habituales de prostitutas femeninas, por la policía de Burdeos.

El comisario Bárdon se encargó de recordar ayer que desde la captura de este grupo hasta el ametrallamiento del hotel Hendayais, a finales de noviembre último, no se había producido en el norte del País Vasco un solo alentado.

Obadía y Ruiz fueron reconocidos ayer ante el tribunal por la viuda de Elizarán.

Las diligencias previas al juicio ocupan miles de folios. En ellas constandatos que provocan explicaciones evasivas o pintorescas de los acusados. Obadía asegura que las esposas que le requisó la policía servían para añadir alicientes a sus encuentros amorosos.

Tampoco hay explicación sólida sobre el dinero que recibía el grupo. El juicio se espera que finalice hoy, con el anuncio del veredicto por el jurado.

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