¡Que los guarde juntitos!

Al leer EL PAIS, vi con tristeza y pena que una obra de Chillida, exhibida en la exposición permanente de esculturas al aire libre, en Eduardo Dato, acababa de ser objeto de una «pintada».Para algunos de esos fanáticos de los graffittis, incapaces de discernir las obras de arte de las paredes, sugeriría un símbolo de su estamento o partido para conocimiento nacional de su exquisitez cultural. Es posible que para ellos el arte finalizó, si es que empezó alguna vez, en el Prado. Carecen de una total formación ética y social, ya que dentro de su «salvajada», fueron incapaces de dejar un re...

Al leer EL PAIS, vi con tristeza y pena que una obra de Chillida, exhibida en la exposición permanente de esculturas al aire libre, en Eduardo Dato, acababa de ser objeto de una «pintada».Para algunos de esos fanáticos de los graffittis, incapaces de discernir las obras de arte de las paredes, sugeriría un símbolo de su estamento o partido para conocimiento nacional de su exquisitez cultural. Es posible que para ellos el arte finalizó, si es que empezó alguna vez, en el Prado. Carecen de una total formación ética y social, ya que dentro de su «salvajada», fueron incapaces de dejar un recuerdo original, limitándose a escribir «España», para verguenza del resto de los españoles que amamos a España y su arte.

Al parecer, también dejaron su firma sobre otra escultura. Es de desear que este tipo de hechos, carentes totalmente de un mínimo de cultura, no se repitan en lo sucesivo, y si desean escribir «España», que es de todos nosotros, que la construyan en lugar de destruirla.

De todas formas, existen en el mercado mapas en blanco donde pueden hacer este tipo de «pintadas». La anticultura ni debe ni suele ser motivo de satisfacción, ni, por supuesto, de orgullo de partido. ¡Que Dios los guarde, pero todos juntitos!