El Gobierno Thatcher mantendrá intacta su política económica

La primera ministra británica, Margaret Thatcher, declaró ayer, en el debate parlamentario sobre la situación económica, que su Gobierno mantendrá a rajatabla su política económica, pese a que esta política puede terminar con tina crisis gubernamental inesperada.El problema se centra en las luchas internas dentro del Gabinete de Margaret Thatcher para reducir el gasto público, que podrían estar tocando a su fin, con una derrota de los partidarios de la línea dura. Se esperaba que estos recortes fueran del orden de los 2.000 millones de libras (360.000 millones de pesetas), pero ahora se piensa...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La primera ministra británica, Margaret Thatcher, declaró ayer, en el debate parlamentario sobre la situación económica, que su Gobierno mantendrá a rajatabla su política económica, pese a que esta política puede terminar con tina crisis gubernamental inesperada.El problema se centra en las luchas internas dentro del Gabinete de Margaret Thatcher para reducir el gasto público, que podrían estar tocando a su fin, con una derrota de los partidarios de la línea dura. Se esperaba que estos recortes fueran del orden de los 2.000 millones de libras (360.000 millones de pesetas), pero ahora se piensa que serán mucho menos sustanciosos, es decir, alrededor de la mitad. Este parece ser el resultado de las negociaciones interministeriales de la pasada semana.

La rebelión contra la línea de la primera ministra y del canciller del Exchequer, Geoffrey Howe, ha estado capitaneada por un grupo de los llamados wets, en el que figuran los ministros de Trabajo, Agricultura e Interior.

Se ha sabido que, en una reunión del Gabinete el jueves pasado, el secretario de Estado para Servicios Sociales, Patrick Jenkins, tuvo que recordarle a la primera ministra una entrevista que concedió a la televisión hace tiempo, en la cual se comprometía a no recortar nunca las pensiones de los retirados, ante amenazas de reducciones en los gastos de la Seguridad Social.

Por su parte, el ministro de Defensa, Francis Pym, habría conseguido reducir los cortes en el presupuesto de su departamento de quinientos millones de libras (90.000 millones de pesetas) a un tercio de esta cantidad.

El problema para Margaret Thatcher está en mantener la credibilidad de su ministro de Hacienda y sus objetivos económicos a plazo medio, entre ellos el control de la deuda pública. Para cumplir sus objetivos se podría ver obligada a aumentar algunos impuestos indirectos, principalmente sobre el tabaco y las bebidas alcohólicas, y quizá sobre la gasolina.

Archivado En