El Ministerio de Trabajo, incapaz de acabar con el confusionismo en las elecciones sindicales

A la languidez que caracteriza el proceso electoral en el que están inmersos los sindicatos, se une la generalizada denuncia de falta de control de sus resultados, responsabilidad que compete directamente al Ministerio de Trabajo, cuyo titular, Félix Pérez Miyares, aseguró, antes de iniciarse las elecciones, que el Instituto de Mediación, Arbitraje y Conciliación (IMAC) aseguraría la pureza democrática de los comicios. Ante las denuncias de CC OO y UGT contra la gestión del IMAC, el ministro de Trabajo aún no ha sido capaz de ofrecer las necesarias garantías que culminen con la generalización ...

A la languidez que caracteriza el proceso electoral en el que están inmersos los sindicatos, se une la generalizada denuncia de falta de control de sus resultados, responsabilidad que compete directamente al Ministerio de Trabajo, cuyo titular, Félix Pérez Miyares, aseguró, antes de iniciarse las elecciones, que el Instituto de Mediación, Arbitraje y Conciliación (IMAC) aseguraría la pureza democrática de los comicios. Ante las denuncias de CC OO y UGT contra la gestión del IMAC, el ministro de Trabajo aún no ha sido capaz de ofrecer las necesarias garantías que culminen con la generalización del proceso electoral.

«Tenemos pruebas de que la intromisión patronal en las elecciones sindicales y la inhibición del IMAC ante irregularidades evidentes, hacen que en muchas pequeñas y medianas empresas se registren auténticos pucherazos», afirmó en Valladolid Antonio Gutiérrez Vergara, secretario de información y publicaciones del secretariado confederal de CC OO. «Hay empresas de Alicante, Barcelona, Madrid y otras provincias que presentan todo tipo de anomalías: industrias cerradas por expedientes de crisis que, sin embargo, celebran elecciones y el IMAC da como válidas las actas; elecciones que se celebran el mismo día que se constituye la mesa electoral; empresas en las que no tienen lugar los comicios pero hay actas con nombres falsos y hasta suplantación de personalidad, etcétera».Por estos hechos, informa desde Valladolid Luis Miguel de Dios, CC OO va a reclamar una reunión inmediata del consejo general del IMAC y a pedir una entrevista con el ministro de Trabajo «para que, de una vez por todas, se den instrucciones claras sobre el funcionamiento del IMAC». La citada central denunciará, asimismo, estos casos en el Parlamento, a través de los diputados vinculados a CC OO, y presentará denuncias en los juzgados.

Antonio Gutiérrez aseguró también que «hemos constatado ya que las elecciones no finalizarán el 30 de noviembre, porque hay gran cantidad de empresas, sectores enteros, incluso, que han convocado con retraso».

El secretario de información y publicaciones de CC OO ofreció los datos electorales recogidos por su central. «Son cifras que no nos favorecen por el momento pero que son reales. La agencia Efe daba hace unos días mejores márgenes para nosotros, pero no se publicaron por interferencias que desconocemos».

«Comisiones Obreras», señaló Gutiérrez Vergara, «se configura ya como la primera fuerza sindical. Es cierto que los márgenes con UGT son menores que los de 1978, pero es preciso considerar la postura empresarial que ha llevado a la patronal a ser parte interesada en las elecciones».

«Las elecciones sindicales no se están llevando con la seriedad que el tema requiere», declaró ayer, en Zaragoza, Nicolás Redondo, secretario general de UGT, quien añadió que el IMAC no está ejerciendo ningún control sobre los datos, sino que se limita a recibir las actas. De esta situación, el líder del sindicato socialista culpó al Gobierno, planteándose la duda de si lo hace porque en realidad le interesa la confusión o porque es incapaz de ejercer un control democrático sobre las elecciones, informa Rosa María Artal, desde Zaragoza.

Nicolás Redondo analizó también la credibilidad que tienen las centrales sindicales, y aceptó que se ha producido un descenso de interés entre la población laboral, aunque, en su opinión, éste se está remontando. Como causas, apuntó la falta de una legislación laboral actualizada, citando como ejemplos el que el Estatuto de los Trabajadores tardara tres años en promulgarse desde la legalización de las centrales, el que éste no esté todavía desarrollado y que falten, asimismo, la ley de huelga y la de libertad sindical.