Cartas al director

La Escuela Superior de Canto

Siempre resulta muy satisfactorio para los profesionales de la música que las figuras de la cultura presten atención a las necesidades pedagógico-musicales de nuestro país. En este sentido, es de agradecer el documento sobre la Escuela Superior de Canto, del que sólo conocemos una parte de su contenido y las cuatro primeras firmas que lo suscriben, a través de la breve nota publicada en el diario EL PAIS el 9 de octubre de 1980. No obstante, se pueden hacer algunas puntualizaciones, pues da la impresión de que entre la buena intelectualidad gallega, a la que admiramos sinceramente, se ha posad...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Siempre resulta muy satisfactorio para los profesionales de la música que las figuras de la cultura presten atención a las necesidades pedagógico-musicales de nuestro país. En este sentido, es de agradecer el documento sobre la Escuela Superior de Canto, del que sólo conocemos una parte de su contenido y las cuatro primeras firmas que lo suscriben, a través de la breve nota publicada en el diario EL PAIS el 9 de octubre de 1980. No obstante, se pueden hacer algunas puntualizaciones, pues da la impresión de que entre la buena intelectualidad gallega, a la que admiramos sinceramente, se ha posado una especie de duende, que parece haber trastrocado las indudables buenas intenciones. Así, esa alusión a los «millones y millones dilapidados» sólo demuestra un desconocimiento de la realidad -fácilmente comprobable- de que el presupuesto de la Escuela Superior de Canto es uno de los dos más modestos entre los concedidos a centros nacionales. Si ofrecemos una imagen de opulencia presupuestaria, deberemos tomar esto como elogio a nuestra buena administración. En lo que atañe a la competencia profesional de los cantantes salidos de nuestras aulas, también se infiere una falta de información, muy comprensible por cierto, porque un centro de enseñanza no se funda en una propaganda publicitaria, sino en un trabajo pedagógico serio y efectivo, pero es seguro que en esas bellas tierras gallegas han escuchado ustedes y han aplaudido admirativamente a muchos de nuestros alumnos, «sin saber que lo eran dePasa a página 12

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En