Reportaje:

El colegio de subnormales de San Blas, asaltado frecuentemente por delincuentes juveniles

Las bandas juveniles de la zona de San Blas tienen atemorizados a numerosos alumnos, profesores y padres de alumnos de los colegios de la zona de los poblados, y son habituales los asaltos y robos a los centros escolares (en una ocasión envenenaron la comida de los alumnos), la mayoría de los cuales están situados en los alrededores de la calle de Arcos del Jalón. Padres de alumnos del colegio de educación especial Fundación Goyeneche, dependiente del ayuntamiento madrileño, han expresado sus quejas por la situación en que se encuentran algunos de sus hijos.

Fuentes de la dirección del ...

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Las bandas juveniles de la zona de San Blas tienen atemorizados a numerosos alumnos, profesores y padres de alumnos de los colegios de la zona de los poblados, y son habituales los asaltos y robos a los centros escolares (en una ocasión envenenaron la comida de los alumnos), la mayoría de los cuales están situados en los alrededores de la calle de Arcos del Jalón. Padres de alumnos del colegio de educación especial Fundación Goyeneche, dependiente del ayuntamiento madrileño, han expresado sus quejas por la situación en que se encuentran algunos de sus hijos.

Fuentes de la dirección del colegio han restado importancia al hecho, aunque reconocen que han sido amenazados en varias ocasiones por las pandillas juveniles, amenazas que hasta el momento no se han materializado. Reconocen, de todas formas, que los colegios de la zona se encuentran faltos de protección.Según las versiones llegadas a este periódico, los componentes de diversas bandas de los contornos realizan asaltos a pleno día, invaden los centros a horas no lectivas y producen numerosos destrozos en sus intentos de robar el posible dinero que se guarde en los edificios. Sin embargo, ante las quejas expresadas por algunos padres, la directora del colegio de deficientes mentales, Ana María Barreiros, ha señalado a EL PAIS que los destrozos materiales son cuantiosos, pero la amenaza personal no es tan alarmante como manifiestan los denunciantes. «Quizá esas quejas logren atemorizar a los padres y profesores, pero quisiera decir que aquí tenemos los mismos problemas que en la mayoría de los barrios de Madrid. Hay que reconocer que hasta que no se asienten definitivamente las familias que han venido a vivir en los nuevos bloques de viviendas protegidas, hasta que no se arraigue esta gente, de escasa formación cultural, seguirán surgiendo niños inadaptados que irán incrementando las bandas juveniles,

Doscientos ochenta escolares

En el colegio Fundación Goyeneche están escolarizados 280 niños y niñas deficientes mentales en edades comprendidas entre los seis y los dieciocho años, en formación básica, y hasta los veintiuno, en formación profesional. De los 36 profesores, 35 son mujeres, lo que puede envalentonar a los presuntos delincuentes, que en algunos casos son niños con no más de ocho años.Desde el mes de febrero del pasado año todos los principios de mes el colegio sufre uno o varios asaltos, presuntamente con el fin de robar el sueldo de los profesores y subalternos. Al no encontrar el dinero, los muchachos destrozan puertas, descerrajan cajones y se llevan materiales y herramientas. En otras ocasiones, con el fin de llamar la atención de los alumnos, los componentes de las bandas se suben a los tejados, saltan las vallas de los patios. Al ser recriminados por las profesoras, algunos de los delincuentes han amenazado con «rajar» al que se les interponga. Los daños ocasionados en este colegio en los últimos tiempos se elevan a varios millones. «No es verdad que los muchachos hayan amenazado con violar a las niñas o a las profesoras», señala Ana María Barreiros, directora del centro. «Lo que sí hemos encontrado en poder de alguno de nuestros niños y niñas es droga, pero los que la tenían no sabían lo que era, según hemos comprobado padres y profesores», añade.

Los componentes de las bandas son conocidos en su mayoría por las personas relacionadas con los centros educativos. «Hasta la policía los conoce», según fuentes del centro. Algunos fueron internados en instituciones del Tribunal Tutelar de Menores, pero se escapan siempre. El curso pasado atacaron a un profesor. Los directores de los centros realizaron gestiones para erradicar estos problemas y ofrecieron soluciones para ello al presidente de la junta municipal del distrito, pero éste se encuentra sin medios materiales para llevar a cabo los remedios apuntados. Porque, según Ana María Barreiros, no se arregla nada con medidas represivas. «Hemos ofrecido nuestras horas libres para contribuir a formar clubes juveniles con actividades que les interesen a los chicos, les dejamos participar en algunas de nuestras actividades deportivas, pero faltan medios materiales y la situación sigue igual», señala la directora de la Fundación Goyeneche, que ha declarado ante los juzgados en tres ocasiones por las denuncias presentadas.

Por su parte, fuentes de la Asociación de Padres de Alumnos del colegio señalaron el temor existente en muchos padres por las acciones de las bandas juveniles, apuntaron que en una ocasión los asaltantes envenenaron con raticida la comida de los alumnos y ratificaron las denuncias hechas por algunos padres. Según el tesorero de la asociación, José Romero, la directiva está cansada de acudir al ayuntamiento para solicitar la subida de las vallas del recinto varios metros para impedir la entrada de los delincuentes, pero hasta el momento no les han hecho caso. «Nos dicen», señala el señor Romero, «que elevando las vallas, en vez de un colegio, el centro parecería una cárcel».

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