Inglaterra y Francia, hacia su reconciliación en la quinta "cumbre" bilateral de París

La quinta cumbre franco-británica, presidida ayer en París por el presidente Valéry Giscard d'Estaing y por la primera ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher, dio como resultado más tangible una nueva primavera de la entente cordiale entre los dos países. Indirectamente, ayer parece haberse consolidado en la capital francesa el triángulo París- Londres- Bonn, como motor de la construcción comunitaria y de la elaboración de una defensa europea.El presidente galo calificó las conversaciones de importantes, y la primera ministra de Londres se felicitó de la ...

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La quinta cumbre franco-británica, presidida ayer en París por el presidente Valéry Giscard d'Estaing y por la primera ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher, dio como resultado más tangible una nueva primavera de la entente cordiale entre los dos países. Indirectamente, ayer parece haberse consolidado en la capital francesa el triángulo París- Londres- Bonn, como motor de la construcción comunitaria y de la elaboración de una defensa europea.El presidente galo calificó las conversaciones de importantes, y la primera ministra de Londres se felicitó de la entente y del «espíritu de cooperación» que anima a los dos países. Al margen de su satisfacción mutua, los dos personajes se manifestaron tacaños ante la Prensa. Pero las generalidades aludidas por ambos, algunos matices ofrecidos por sus portavoces y, como corolario, el discurso pronunciado por la señora Thatcher en Burdeos, adonde se trasladó anoche para presidir al lado de su homólogo Raymond Barre un coloquio organizado por el Consejo Franco-Británico, permiten hablar de una reconciliación entre Francia e Inglaterra tras las serias fricciones de la primavera última a causa de la actitud comunitaria de los británicos.

Las cuestiones relativas al Mercado Común parece ser que fueron tratadas secretamente por Giscard y la señora Thatcher en un mano a mano inicial, ayer por la mañana, en el palacio del Elíseo. La primera ministra afirmó que los acuerdos del pasado 30 de mayo, relativos a la reducción de la parte del presupuesto comunitario que debe aportar Inglaterra, se realizarán en las fechas previstas y no serán aplazadas las medidas que los ejecuten.

El portavoz galo aseguró que no sabía ni se había hablado de la ampliación de la CEE, pero «quiero ser prudente», añadió, lo que indicaría, como era sabido, que Londres comparte la pausa giscardiana. En este sentido de la entente comunitaria cabe interpretar algunos párrafos del discurso bordelés de la señora Thatcher: «Una CEE sin Inglaterra y Francia, en tanto que miembros iguales, me parece inconcebible». La jefa del Gobierno británico aludió igualmente a la «necesidad de reformas de la política agrícola común».

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