Objetivo: fomentar el ahorro

( ... ) Fomentar el ahorro y alcanzar una mayor tasa de formación bruta de capital son, sin embargo -deben ser-, objetivos prioritarios en el nuevo programa económico, aunque en apariencia sean necesidades menos «vendibles» políticamente que la lucha contra el paro o el freno a la inflación.Si el ansia por un mejor nivel de vida disparó en los últimos años el consumo en detrimento del ahorro, si la reforma fiscal -en colaboración con los altos niveles de inflación- vino a desincentivar el ahorro o por lo menos a desalentar la consecución de rentas más altas, y si la justicia distributiva exigi...

( ... ) Fomentar el ahorro y alcanzar una mayor tasa de formación bruta de capital son, sin embargo -deben ser-, objetivos prioritarios en el nuevo programa económico, aunque en apariencia sean necesidades menos «vendibles» políticamente que la lucha contra el paro o el freno a la inflación.Si el ansia por un mejor nivel de vida disparó en los últimos años el consumo en detrimento del ahorro, si la reforma fiscal -en colaboración con los altos niveles de inflación- vino a desincentivar el ahorro o por lo menos a desalentar la consecución de rentas más altas, y si la justicia distributiva exigió unas dotaciones mayores para los pensionistas, los jubilados, la Seguridad Social, el seguro de desempleo y la capacidad de acción del sector público en detrimento de la renta residual que el español medio destinaba al ahorro y a la inversión -desde la compra de acciones a la vivienda y desde las cuentas a plazo fijo a las participaciones en empresas colectivas-, parece claro que ahora, y por algún tiempo, el fomento de la inversión privada y la búsqueda de mayores niveles de ahorro como soportes de la creación de empleo necesitan un replanteamiento no sólo económico, sino también político y psicológico, que no puede estar ausente de un programa de Gobierno que se asiente sobre criterios tan alejados de la demagogia como de la utopía.

10 de septiembre