La ribera del Guadarrama podría convertirse en una gran área de esparcimiento de Madrid

Los cuatro millones de habitantes que se hacinan en Madrid pueden tener un asomo de esperanza dentro del agobiante panorama habitual. Esto puede ser posible gracias al recién presentado Plan de Acción Inmediata (PAI) de la zona Oeste, realizado por el equipo de Fernando Contreras, cuya preocupación central consiste en la creación de un gran parque (6.000 hectáreas) a lo largo de la ribera del Guadarrama. Un parque para desahogo de la capital y placer de los aficionados a la naturaleza de fin de semana.

Desarrollado al oeste de Madrid, entre la autopista de La Coruña y la carretera de Ex...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los cuatro millones de habitantes que se hacinan en Madrid pueden tener un asomo de esperanza dentro del agobiante panorama habitual. Esto puede ser posible gracias al recién presentado Plan de Acción Inmediata (PAI) de la zona Oeste, realizado por el equipo de Fernando Contreras, cuya preocupación central consiste en la creación de un gran parque (6.000 hectáreas) a lo largo de la ribera del Guadarrama. Un parque para desahogo de la capital y placer de los aficionados a la naturaleza de fin de semana.

Desarrollado al oeste de Madrid, entre la autopista de La Coruña y la carretera de Extremadura, el proyecto global cubre una superficie de 22.000 hectáreas, repartidas tan sólo entre cinco municipios, que suman un total de 12.000 habitantes. Son los pueblos de Boadilla del Monte Villaviciosa de Odón, Brunete y las dos Villanuevas, la del Pardillo y la de la Cañada.A mitad de los años sesenta, en pleno fervor desarrollista, los habitantes de la metrópoli vuelven a la huida campestre y aparecen repartidas por la zona urbanizaciones que, aprovechando las magníficas condiciones del medio físico, prometen el paraíso de la segunda residencia a pocos kilómetros de la capital. Estas urbanizaciones cubren 3.000 hectáreas en las zonas más altas. Ocupan casi la totalidad de Boadilla del Monte y gran parte de Villaviciosa de Odón. Los tres núcleos restantes conservan prácticamente intactos sus núcleos reconstruidos.

Todo esto influye claramente en las tasas de crecimiento: en 1977, Villaviciosa alcanza los 4.785 habitantes; Boadilla, casi los 3.500; Brunete y Villanueva de la Cañada llegan a cerca del millar. Por último, Villanueva del Pardillo cuenta con 720 habitantes. No existen muchos problemas de vivienda, y la incidencia de estos nuevos asentamientos residenciales en la vida económica local es reducida, salvo en el campo de la construcción. El crecimiento se ha llevado a cabo por adiciones sucesivas y parciales, carentes (como es habitual) de estructura general.

El desarrollo de la industria es aleatorio, con desequilibrios entre la población activa y los puestos de trabajo. Las industrias existentes son pocas y desordenadas (papelera La Paquita, en la margen izquierda del Guadarrama de Villanueva del Pardillo, contaminante y falta de ordenación, aunque se están ya montando unos decantadores para paliar el problema). El PAI propone a este respecto una política de control absoluto de las industrias fuera de ordenación, excluyendo cualquier proyecto de ampliación en su emplazamiento actual. También promueve la generación de empleo local, de acuerdo con la realidad de la zona: residencia de baja densidad y equipamiento de carácter metropolitano. Nos encontramos en un área donde las zonas boscosas, Junto con las de El Pardo, son las únicas próximas a Madrid. La calidad del paisaje y su accesibilidad han hecho que el planeamiento conceda principal importancia al uso recreativo de esta zona, protegiendo las áreas de mayor valor ambiental y ecológico mediante los instrumentos adecuados para su utilización pública. También se tiende a mantener y fomentar un carácter residencial de densidad media (veinticinco viviendas por hectárea), dirigido a sectores sociales más amplios, posibilitando el desarrollo de colonias de vivienda económica unifamiliar.

Por lo que se refiere a protección de conjuntos urbanos y elementos arquitectónicos, los objetivos se dirigen hacia una política de conservación y control de edificios de interés, caso del palacio y el convento de carmelitas de Boadilla, o el casco urbano, las antiguas casonas y el castillo de Villaviciosa.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Un enlace con el "anillo verde"

La creación de una serie de espacios libres continuos enlazados con el anillo verde del área metropolitana es la idea rectora del parque de la ribera del Guadarrama, favoreciendo el acceso al mismo desde el resto del área. Sus límites encierran una superficie de 6.376,8 hectáreas.El problema es ahora la obtención de estos terrenos. Para esto se propone un conjunto de medidas que, dependiendo de las circunstancias, pueden aplicarse a las distintas propiedades: expropiación, utilización temporal restringida, sociedades mixtas y cesión por compensación.

La expropiación supone, lisa y llanamente, la obligación de cesión de estos terrenos, previo precio establecido, para uso público. Con la utilización temporal restringida, siguiendo el ejemplo de países desarrollados, como Inglaterra, se promueven una serie de compensaciones fiscales para el dueño que deje disfrutar al público de sus propiedades en horas de visita determinadas, pudiendo establecerse incluso un precio de entrada que ayude a los gastos de mantenimiento de la finca. La creación de sociedades mixtas se realiza con participación de entes públicos para la explotación y demanda de esparcimiento. Por último, la llamada cesión por compensación consiste en la cesión gratuita del suelo, compensando a los propietarios con una concentración de volumen edificado en determinadas áreas.

Esta política sería similar a la seguida en el anillo verde: se concentra la edificabilidad generada por toda la superficie en una parte de la misma, cediendo el resto para uso público, con lo que el propietario obtiene el mismo rendimiento de los terrenos en lo que a construcción se refiere. Estas zonas edificables, bautizadas como «áreas preferentes de actuación» en el PAI, se localizan en las proximidades de asentamientos ya existentes, y ocupando el suelo de peor calidad desde el punto dé vista del medio físico, repartidas de manera proporcional entre todos los municipios.

La ampliación del anillo verde se propone en dos zonas pertenecientes a Boadilla del Monte. Tienen dos objetivos: asegurar el control de la franja de terreno entre el anillo y la carretera de Alcorcón y obtener el suelo necesario para el V Cinturón, y para la zona apta, para concentrar la edificabilidad generada por dicho anillo. Estas son las propuestas del Programa de Actuación Inmediata de la Zona Oeste realizado por el equipo de Fernando Contreras, y que, vistas las circunstancias, no parece que vaya a ser de realización tan inmediata como su nombre indica. El problema general de los PAI es que su desarrollo es más político que técnico. En este momento está entregada ya la mayoría de ellos, cubriendo no sólo el área metropolitana, sino casi toda la provincia de Madrid. Pero la idea que les dio vida, y que tuvo una gran acogida pública (estudios parciales encaminados a la revisión del Plan General de Madrid), se ha visto muy desvirtuada. Como siempre, la empresa privada defiende sus intereses; Coplaco (su primer inductor) se inhibe, mientras los ayuntamientos (generalmente de izquierdas) tratan a toda costa de disminuir los derechos adquiridos de los propietarios.

De esta forma, los PAI han tenido una repercusión real en muy pocos casos, apenas hechos puntuales, cuando su efectividad Y propio futuro de la provincia dependen de una actuación global y coordinada en beneficio, lógicamente de la comunidad.

Archivado En