El obispo de Sigüenza, en su dimision, invita a superar el secularismo

Monseñor Laureano Castán Lacoma, cuya renuncia al obispado de Sigüenza-Guadalajara ha sido aceptada por Juan Pablo II, se ha dirigido a sus fieles invitándoles a «superar el materialismo ambiental, tanto teórico como práctico, y el secularismo..., a amar apasionadamente a la santa Iglesia de Dios» y a mirar a la cruz, que debe ser, «en el momento presente, como un símbolo del equilibrio perfecto».Según monseñor Castán Lacoma, en información servida por la agencia Efe, «ha llegado el momento, acaso inesperado para muchos, de poner punto final a mi presencia entre vosotros como padre y pastor de...

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Monseñor Laureano Castán Lacoma, cuya renuncia al obispado de Sigüenza-Guadalajara ha sido aceptada por Juan Pablo II, se ha dirigido a sus fieles invitándoles a «superar el materialismo ambiental, tanto teórico como práctico, y el secularismo..., a amar apasionadamente a la santa Iglesia de Dios» y a mirar a la cruz, que debe ser, «en el momento presente, como un símbolo del equilibrio perfecto».Según monseñor Castán Lacoma, en información servida por la agencia Efe, «ha llegado el momento, acaso inesperado para muchos, de poner punto final a mi presencia entre vosotros como padre y pastor de la grey diocesana». El obispo dimisionario declara, refiriéndose a su dimisión, que ya hizo «alguna indicación» sobre su salud deficitaria al Papa en el mes de junio del pasado año. «A partir de entonces me fui dando cuenta cada vez más que había llegado para mí aquel momento de la humana existencia en el que empiezan a decrecer las energías físicas y en el que se van perdiendo facultades para actuar al frente de un cargo de tanta responsabilidad como es el de obispo diocesano».

El prelado termina anunciando que dedicará el tiempo que le quede de vida y las facultades que el Señor le conserve a trabajar por la Iglesia en la Obra de la Iglesia, institución fundada en España por la madre Trinidad Sánchez Moreno, y a «orar por mi diócesis de Sigüenza-Guadalajara, que para mí será recordada y querida entrañablemente».

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