Primer acto público del Tribunal Constitucional

Don Juan Carlos: "El Tribunal, guardián último de las libertades públicas"

Del pleno y acertado funcionamiento del Tribunal Constitucional «dependerá en buena medida la consolidación del Estado social y democrático de derecho y la realización de los valores superiores de libertad, justicia, igualdad y pluralismo político», dijo ayer don Juan Carlos en el discurso que cerró el acto de constitución pública del alto tribunal. El Rey destacó también la importancia del Tribunal Constitucional como guardián último «de los derechos y libertades públicas de los españoles».El Monarca inició su discurso resaltando la fecha importante que la apertura del tribunal marca para «nu...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Del pleno y acertado funcionamiento del Tribunal Constitucional «dependerá en buena medida la consolidación del Estado social y democrático de derecho y la realización de los valores superiores de libertad, justicia, igualdad y pluralismo político», dijo ayer don Juan Carlos en el discurso que cerró el acto de constitución pública del alto tribunal. El Rey destacó también la importancia del Tribunal Constitucional como guardián último «de los derechos y libertades públicas de los españoles».El Monarca inició su discurso resaltando la fecha importante que la apertura del tribunal marca para «nuestras instituciones democráticas». Recordó que la función de los magistrados constitucionales es «una alta misión dirigida a que el poder sea ejercido conforme a derecho y más precisamente conforme a la norma fundamental que es la Constitución».

Desde la perspectiva de «intérprete supremo de la Constitución» e «independiente de los demás órganos del Estado», el Rey señaló: «Será vuestra función primordial garantizar con las técnicas del derecho la plena aplicación y efectividad de los principios constitucionales. Estos preceptos, que las Cortes aprobaron y el pueblo español ratificó. deben prevalecer y ser respetados por todos los ciudadanos y por todos los poderes públicos».

Don Juan Carlos detalló algunas de las funciones atribuidas al Tribunal Constitucional, como la de «enjuiciar si una ley o disposición que os es sometida resulta conforme o disconforme con la Constitución», que el Rey calificó de «depuración del ordenamiento». Aludió seguidamente a otra tarea «no menos trascendente, pero acaso más humana, porque puede ser impetrada por cualquier ciudadano español. Me refiero a la salvaguardia de los derechos fundamentales y de las libertades públicas que la Constitución declara».

Sobre el papel encomendado al Tribunal Constitucional para resolver los posibles conflictos jurídicos que puedan surgir formalmente entre el Estado y las comunidades autónomas, las comunidades entre sí, o incluso los propios órganos constitucionales del Estado, resaltó la importancia de estas competencias «para consolidar el Estado democrático y autonómico que prevé la Constitución». Asimismo, puso de relieve que tales funciones «sitúan al Tribunal Constitucional en una posición de extraordinarla relevancia en la estructura constitucional del Estado, pero, al mismo tiempo, de no menor dificultad y responsabilidad ».

Dirigiéndose a los magistrados constitucionales, don Juan Carlos manifestó: «Yo estoy seguro que vuestro saber y experiencia, vuestra prudencia y dedicación, vuestro patriotismo, lealtad e independencia, vuestras convicciones democráticas, convertirán al tribunal en vértice insustituible de nuestro Estado de derecho». Destacó la importancia del órgano constitucional, «esencial», dijo, «para la convivencia en libertad».

Don Juan Carlos aludió al rango supremo del tribunal en su propia esfera constitucional y le exhortó a «que sepa, al hilo de sus decisiones concretas, fundadas en estricto derecho, sopesar sus consecuencias generales en el orden político-constitucional y orientar adecuadamente la interpretación de la Constitución para el mejor funcionamiento de las instituciones y para la eliminación de ambigüedades y acaso de contradicciones».

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Para el Rey, la solemne constitución del tribunal ante la representación de los poderes del Estado, ejecutivo, legislativo y judicial, cuya unidad simbólica simboliza la Corona, «tiene una significación profunda». Recordó que la Monarquía parlamentaria que la Constitución consagra se asienta sobre una sabia distribución de poderes y responsabilidad y resaltó que el Tribunal Constitucional «no está subordinado, sino en coordinación con los demás órganos constitucionales ».

Archivado En