Los aspirantes a la presidencia norteamericana aceleran su campaña

La campaña electoral norteamericana continúa su marcha con la confirmación oficial de John Anderson como candidato «independiente», la nominación segura de Ronald Reagan como candidato republicano y la baja de tensión en las diferencias entre los demócratas Jimmy Carter y Edward Kennedy ante la casi inevitable confirmación del actual presidente Carter como elegido de su partido para la reelección presidencial del próximo 4 de noviembre.

Anderson busca dinero e imagen internacional para potenciar sus aspiraciones de futuro presidente de EE UU. De momento sólo cuenta con tres millones de ...

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La campaña electoral norteamericana continúa su marcha con la confirmación oficial de John Anderson como candidato «independiente», la nominación segura de Ronald Reagan como candidato republicano y la baja de tensión en las diferencias entre los demócratas Jimmy Carter y Edward Kennedy ante la casi inevitable confirmación del actual presidente Carter como elegido de su partido para la reelección presidencial del próximo 4 de noviembre.

Anderson busca dinero e imagen internacional para potenciar sus aspiraciones de futuro presidente de EE UU. De momento sólo cuenta con tres millones de dólares (210 millones de pesetas) como subvención de fondos públicos para la campaña, mientras que los hombres de los partidos tradicionales, Carter y Reagan, recibirán veintinueve millones de dólares cada uno (unos 2.000 millones de pesetas).Anderson quiere también mostrar a su electorado potencial, calculado entre el 17% y el 25%, según diferentes sondeos, su talla de estadista internacional. La semana próxima, John Anderson viajará a Tel Aviv, El Cairo, Bonn, París y Londres, en una gira que toca los puntos conflictivos del litigio palestino y la frialdad de los «aliados» tradicionales a la actual política de la Casa Blanca.

Entre tanto, Ronald Reagan ultima su programa político y la elección del Vicepresidente de una futura Administración republicana. Georges Bush, ex adversario de Reagan, cuenta con grandes probabilidades de ser el político escogido como vicepresidente y como «reserva» del Partido Republicano para las presidenciales de 1984.

El panorama electoralista influye también en la actitud del presidente Jimmy Carter, quien afila su estrategia con vistas a la reelección. Los viajes caracterizan el momento actual, después de su reclusión casi monástica en la Casa Blanca durante las pasadas elecciones primarias. Tras su gira por cuatro países de la Europa meridional, Carter viaja hoy a Los Angeles para asistir a la Convención Nacional de Maestros, una fuerza de 1.800.000 miembros, importantísima para un presidente Carter con serios problemas para su reelección.

Desde Los Angeles, Carter se desplazará a Miami para hablar a un electorado potencial no menos importante: los negros, cuyos líderes se hallan concentrados en convención nacional en Miami, ciudad que fue escenario de serios disturbios raciales, que concluyeron con quince muertos, el pasado 17 de mayo. Anderson y Kennedy precederán a Carter, mientras que el republicano Reagan rechazó la invitación.

Tras un breve paréntesis en su ciudad natal de Plains, en Georgia, aprovechando el largo fin de semana que abre la fiesta nacional de EE UU el próximo viernes, Jimmy Carter acudirá a los funerales de Masayoshi Ohira, en Tokio. Se trata de un acto lleno de significado político, por la situación actual en Extremo Oriente.

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Al tiempo que Carter restaura su «imagen» de líder internacional, lima también sus roces con Edward Kennedy. Carter promete la creación de nuevos puestos de trabajo a los norteamericanos y aprueba un programa para la reducción de impuestos en 1981, cortocircuitando así las promesas electorales de Reagan y acercándose al programa social de Kennedy.

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