El presidente de Estados Unidos, en España

El reverso del Watergate

James Earl Carter, presidente de Estados Unidos desde el 22 de enero de 1977, conservador ilustrado, como se le denomina en los círculos parlamentarios de su país, nació en la ciudad de Plains, al suroeste del Estado de Georgia, el 1 de octubre de 1924. Hijo de granjero, en su niñez alternó los trabajos de la granja y la venta de cacahuetes, haciendo valer el principio americano del hombre que se hace a sí mismo, una especie de aristocracia al revés.En 1942 ingresó en la Escuela Naval y prosiguió más tarde sus estudios universitarios en el Union College del Estado de Nueva York. Obtuvo el títu...

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James Earl Carter, presidente de Estados Unidos desde el 22 de enero de 1977, conservador ilustrado, como se le denomina en los círculos parlamentarios de su país, nació en la ciudad de Plains, al suroeste del Estado de Georgia, el 1 de octubre de 1924. Hijo de granjero, en su niñez alternó los trabajos de la granja y la venta de cacahuetes, haciendo valer el principio americano del hombre que se hace a sí mismo, una especie de aristocracia al revés.En 1942 ingresó en la Escuela Naval y prosiguió más tarde sus estudios universitarios en el Union College del Estado de Nueva York. Obtuvo el título de ingeniero naval, se especializó en temas de física nuclear y adquirió amplios conocimientos del idioma castellano.

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A la muerte de su padre, en 1953, regresó a la granja familiar y comenzó su actividad política. En 1962 se presentó como candidato a senador por Georgia y triunfa en una enconada elección. Dos años después fue reelegido. Derrotado en las elecciones de 1966, cuatro años más tarde logró el puesto de gobernador de su Estado.

Candidato demócrata en las elecciones de 1976, fue elegido presidente de Estados Unidos con un sorprendente éxito electoral, al ofrecer la imagen de un hombre tranquilo, conservador y seguro de sí mismo. Un personaje que se definió a sí mismo, en su libro Lo mejor de nosotros mismos, como agricultor, ingeniero, oficial de la marina, físico nuclear, cristiano y americano. Lo que revela no sólo seguridad, sino un radiante optimismo sobre sus dotes intelectuales y morales. Esta soberbia íntima, arropada en una sencilla modestia, le conquistó millones de electores, confiados en que su lema «Honradez para América» significaría el fin del desprestigio del ejecutivo americano después del Watergate. Además, Jimmy Carter formaba parte, antes de salir elegido presidente, de la Comisión Trilateral, uno de los centros de poder económico de Estados Unidos y del mundo occidental.

De sus tres años y medio de presidencia cabe resaltar su política de defensa de los derechos humanos en el mundo, la conclusión del tratado SALT II de limitación de armas estratégicas con la URSS y la firma de los acuerdos de Camp David, como principio de solución a los problemas de Oriente Próximo. Por el contrario, su política vacilante con respecto a Irán llevó a la confusión a la opinión, pública de su país.

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