Aumenta el apoyo alemán a la posicíón francesa en la ampliación de la CEE

El presidente del Partido Socialdemócrata Alemán,(SPD), Willy Brandt, está de acuerdo con el presidente Giscard d'Estaing y con su primer ministro, Raymond Barre, en que el ingreso de España y Portugal en las Comunidades Europeas debe posponerse a una «solución duradera» de las crisis presupuestaria y agrícola que afectan a la Europa integrada. Un día después de que Barre repitiese en Treveris (RFA) las tesis presidenciales sobre la materia, añadiendo tonos premonitorios y llamamientos de solidaridad dirigidos a los empresarios alemanes, Willy Brandt se solidarizó con esta postura un día despu...

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El presidente del Partido Socialdemócrata Alemán,(SPD), Willy Brandt, está de acuerdo con el presidente Giscard d'Estaing y con su primer ministro, Raymond Barre, en que el ingreso de España y Portugal en las Comunidades Europeas debe posponerse a una «solución duradera» de las crisis presupuestaria y agrícola que afectan a la Europa integrada. Un día después de que Barre repitiese en Treveris (RFA) las tesis presidenciales sobre la materia, añadiendo tonos premonitorios y llamamientos de solidaridad dirigidos a los empresarios alemanes, Willy Brandt se solidarizó con esta postura un día después, en la misma ciudad, patria de Carlos Marx, con ocasión del noventa aniversario de la creación del SPD de Treveris.

Brandt apeló a la «gran responsabilidad de Francia y de la RFA dentro de la Comunidad», y dijo que coincidía con Barre en la necesidad previa de resolver los graves problemas pendientes «antes de que se produzca el ingreso de Portugal y España». El presidente socialdemócrata, que improvisó estas alusiones, no incluidas en su discurso escrito, añadió que «de todas formas la ampliación comunitaria sigue siendo importante y necesaria», en correspondencia con el Tratado de Roma, según el cual la Comunidad «debe permanecer abierta a todos aquellos países que cumplan ciertas condiciones, requisitos que, en el caso de Portugal y España, se han dado ya con el paso desde sistemas de dictadura militar a regímenes democráticos».Por otra parte, el presidente de la comisión parlamentaria para Asuntos Agrarios, Martin Schmidt, socialdemócrata, manifestó a EL PAIS que «una vez concluyan las negociaciones con España, nadie podrá oponerse a que este país ingrese en la Comunidad», pero para ello será precisa previamente una reforma agraria europea que garantice la solución del problema de los excedentes, y «esta reforma será larga». En consecuencia, «nadie puede garantizar que España ingrese en la comunidad en una fecha determinada».

La «comprensión» del Gobierno de la República Federal de Alemania para con las razones del presidente de Francia, Giscard dEstaing, y de su primer ministro, Raymond Barre, en relación con un aplazamiento del ingreso de España y Portugal en la Comunidad Económica Europea, es cada vez más precisa. En unas declaraciones a la radio, hechas ayer por el ministro de Estado del Ministerio de Asuntos Exteriores, Klaus von Dohnanvi, se aprecia, la falta de un apoyo explícito al programa de negociaciones con España e ingreso de nuestro país en las Comunidades, previsto para 1983, y en cambio se subraya que las razones que mueven a París a pedir un aplazamiento son correctas.

Según Von Dohnanyi, que negoció en Bruselas en nombre del Gobierno federal la solución al «caso británico», «el presidente francés tiene razón, con seguridad. Cuando advierte que la Comunidad ha de hacer ahora especiales esfuerzos para solucionar sus problemas internos en relación con una garantía de los ingresos de la agricultura, de un lado, y, de otro, para asegurar que no se van a producir resultados marginales absurdos en materia de excedentes agrarios.

Por su parte, el ministro de Agricultura, Josef Ertl, liberal, analiza el mismo problema en una colaboración para un diario de Westfalia, desde una perspectiva peculiar, en cuanto que la postura «autonomista» del presidente Giscard podría dar pie a una solución parecida de la RFA en favor de la propia agricultura, especialmente norteña. Para Ertl, que critica a los alemanes pesimistas sobre el futuro de la CEE, «Grecia, Portugal y España no estarían tan interesadas en una incorporación a la Comunidad Económica Europea si considerasen a ésta tan negativamente como, progresivamente, ocurre entre nosotros. Estos tres países no tratan de unirse a nosotros por nuestras políticas exterior y económica, sino que sus intereses fundamentales se orientan hacia la política agraria de la Comunidad». La persuasiva opinión del ministro de Agricultura se incluye en un contexto que no coincide plenamente, al menos en apariencia, con la línea oficial del Gobierno. Mientras este considera imprescindible una reforma agraria gradual y profunda, el ministro Ertl cree necesario recomendar reflexión antes de criticar excedentes agrarios y costos de subvención.

Más adelante, dice Josef Ertl en su artículo: «El inútil esfuerzo desarrollado en los años cincuenta de colocar bajo un mismo sombrero seis, y, luego, nueve agriculturas básicamente diferentes antes de alcanzar las condiciones económicas, coyunturales y financieras oportunas, no podía por menos que fracasar». «Al referirse el ministro a una posible reforma agraria, tema sospechoso para un liberal conservador como el bávaro Ertl, dice que «estoy dispuesto a alterar la política agrícola, si es que se desea esto. Por mi parte, puedo imaginar una mejor agricultura en nuestro país, precisamente gracias a este dinero que ahora transferimos a la Comunidad.»

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