Un abogado medió en la liberación por ETA de Jesús Serra

El abogado Artemio Zarco, de San Sebastián obró de mediador en las negociaciones sostenidas entre la familia de Jesús Serra Santamans y sus secuestradores, según supo este diario en medios allegados a la familia del empresario catalán. Artemio Zarco obró siempre de acuerdo con los familiares del secuestrado y con el fin de hallar un desenlace a la situación creada, sin que se le pueda imputar en absoluto relación alguna con los secuestradores.El letrado vasco tomó parte como defensor en el famoso proceso de Burgos de diciembre de 1970. En medios vascos se consideró en su día que podía también ...

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El abogado Artemio Zarco, de San Sebastián obró de mediador en las negociaciones sostenidas entre la familia de Jesús Serra Santamans y sus secuestradores, según supo este diario en medios allegados a la familia del empresario catalán. Artemio Zarco obró siempre de acuerdo con los familiares del secuestrado y con el fin de hallar un desenlace a la situación creada, sin que se le pueda imputar en absoluto relación alguna con los secuestradores.El letrado vasco tomó parte como defensor en el famoso proceso de Burgos de diciembre de 1970. En medios vascos se consideró en su día que podía también haber obrado de mediador entonces, junto con Juan María Bandrés, en la negociación que llevó a feliz término el secuestro del industrial Huarte. Actualmente, Zarco está dedicado a su actividad profesional y desvinculado de la política activa.

Las mismas fuentes precisaron que el rescate pagado por la liberación de Serra Santamans fue de 150 millones de pesetas. Por vez primera puede detallarse el procedimiento de pago. Resulta que, siguiendo instrucciones de los secuestradores, unos tres días antes de la liberación del secuestrado, una persona de confianza de la familia tomó el tren que une Barcelona con el País Vasco. Esta persona carecía de instrucciones y sabía únicamente que a lo largo del trayecto alguien se le acercaría para indicarle qué debía hacer con los 150 millones que llevaba en unas bolsas, aparentemente de equipaje normal.

La persona que se le acercó en el tren le indicó que una vez pasada la localidad guipuzcoana de Alsasua debía estar atento a la ventanilla, dispuesto a arrojarlos 150 millones por la ventanilla del tren en cuanto viera unas sábanas de color rojo tendidas cerca de la vía. Tal circunstancia se produjo, no lejos de un caserío, en zona despoblada, poco después de rebasada la mencionada localidad. Las bolsas fueron arrojadas en la forma requerida.

En cuanto a la militancia real de los autores del secuestro, las fuentes afirmaron que todo indicaba que podía ser una de las dos ramas de ETA, inclinándose en mayor grado por la militar que por la político-militar, contrariamente a lo apuntado en los últimos días, pero evitaron, un juicio definitivo.

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