Tribuna:SPLEEN DE MADRID _

Fragabarne

Hay que decirlo así, como lo diría él, Fraga Iribarne, hay que decir Fragabarne y hay que decir que le he visto firmar muchos ejemplares en la Feria del Libro, porque la derecha débil ha comprendido al fin dónde tiene su hombre fuerte, y en cambio Salustiano Masó, poeta, ex guardia municipal, rojo y traductor de inglés/francés, me confiesa con su humildad vegetariana:-Yo sólo firmé tres libros en toda la tarde.

Salustiano Masó, cuando andaba de mono por la vida, de currante, de rojillo camuflé, en la posguerra madrileña, le llevaba sus escritos a Fernández-Flórez, q...

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Hay que decirlo así, como lo diría él, Fraga Iribarne, hay que decir Fragabarne y hay que decir que le he visto firmar muchos ejemplares en la Feria del Libro, porque la derecha débil ha comprendido al fin dónde tiene su hombre fuerte, y en cambio Salustiano Masó, poeta, ex guardia municipal, rojo y traductor de inglés/francés, me confiesa con su humildad vegetariana:-Yo sólo firmé tres libros en toda la tarde.

Salustiano Masó, cuando andaba de mono por la vida, de currante, de rojillo camuflé, en la posguerra madrileña, le llevaba sus escritos a Fernández-Flórez, que lo había conocido por casualidad y porque, como después de la guerra sólo quedamos cuatro, nos conocíamos todos. Don Wenceslao le decía:

-Cuídeme mucho los títulos. Los títulos son muy importantes. Un título vende, Salustiano.

Estoy de acuerdo con el olvidado Fernández-Flórez en la teoría de los títulos, pero a Salustiano Masó, siendo buen poeta, no le ha servido mucho, puesto que firmó tres libros la otra tarde, mientras Fragabarne firmaba 300.000, digo yo. Lo cual que Fragabarne y Vizcaíno han sido así los vips de las casetas: el realista descalabrante y literario del retrofranquismo y el franquista político que puede descalabrarnos mediante bote de humo interpuesto, en cuanto vuelvan a darle los botes de humo. No hay que enchufar el invento ni leer los periódicos ni pedir desencueraditas en los quioscos, que las están descolgando: basta con mirar a la Feria del Libro para ver que ya vuelve el español donde solía. Fragabarne como autor del año y ni una caseta/ altar a Henry Miller, que ha muerto en plena feria y escribió en los años treinta el primer libro rojo del cole para adultos. Entre secuestro y trópico, los libreros han preferido mirar para otro lado.

Me hacen una entrevista para Liberation, de París, y el periodista me pregunta qué pasa con la libertad de expresión:

-Que han retirado otra vez el tras de la Platero, y aquí, o sea en este país, cuando retiran el tras de Carmen Platero, es que en seguida nos lo van a retirar todo.

Detrás está Fragabarne, claro, sin poder fáctico, pero con influencia táctica o tácita, que es mucho más peligroso. Fragabarne lo dijo bien claro en el púlpito de la catedral parlamentaria:

-Aquí el que la hace la paga.

¿Y qué ha hecho Carmen Platero para que le prohiban el tras, que se lo tiene que dejar en casa por si cruza algún control callejero de Rosón (ahora hay muchos), y qué ha hecho Salustiano Masó, aparte de perder la guerra y ganarse el pan, el amor y la fantasía como puede, para que le agravien con las tres humillaciones de los tres libros que le compraron? Ser rojo en España es como ser venado y cruzarse en el camino de Francisco Franco Martínez-Bordíu, que ha sido absuelto venatoriamente con toda justicia, pero que con el telerrifle no falla uno, como Fragabame con el bote de humo. Nietos o ministros, Franco los sacaba muy bien enseñados. Porque Fragabarne, de momento, se llama Rosón, pero para reprimir rojazos (sin telerrifle) hacen falta más Rosones.

Voy a mi abogado para hacer la papela de los impuestos. Me sale un piquillo. Con Fragabarne, en cambio, eso habría estado más dulce, que él va por el paternalismo de las extras 18 de julio y a un empresario nunca le ha tirado un bote de humo a la cabeza, que se sepa. Carmen Diez de Rivera, la mujer zurda, me dice que Fraga no está en el Gobierno quizá porque el capital le prefiere sin poder, más a su merced. Yo creo que no está porque Suárez es poco tractorista para tanto Land-Rover todo/terreno. Por la noche, en Bocaccio, la izquierda festiva; teatral y periodística, se cuenta sus procesos judiciales como antes se contaban sus ligues. Beso a la gran María (Asquerino) y me voy. La noche huele a Fragabarne.

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