La crisis del Gobierno se centra alrededor del vicepresidente Abril Martorell

Las reuniones que a partir del próximo lunes celebrarán los máximos órganos directivos de Unión de Centro Democrático (UCD) -comisión permanente, comité ejecutivo y consejo político- aprobarán probablemente los criterios básicos para el reglamento del segundo congreso del partido. El contenido de estas normas será decisivo para las consecuencias del congreso, lo que hace que los esfuerzos de los diversos sectores y personalidades ucedistas se centren en estas horas en el tema, junto al de la crisis de Gobierno que viene gestándose y que probablemente tendrá su desenlace al comienzo de la seman...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Las reuniones que a partir del próximo lunes celebrarán los máximos órganos directivos de Unión de Centro Democrático (UCD) -comisión permanente, comité ejecutivo y consejo político- aprobarán probablemente los criterios básicos para el reglamento del segundo congreso del partido. El contenido de estas normas será decisivo para las consecuencias del congreso, lo que hace que los esfuerzos de los diversos sectores y personalidades ucedistas se centren en estas horas en el tema, junto al de la crisis de Gobierno que viene gestándose y que probablemente tendrá su desenlace al comienzo de la semana próxima; fuentes oficiales señalan la fecha del martes como la más segura, tras el encuentro del presidente Suárez con la comisión permanente de UCD.

Ambos asuntos están íntimamente ligados, aunque todos los medios consultados coinciden en que seguramente se resuelva antes la remodelación del Gobierno, y según el resultado de ésta se desarrollarán los preparativos del congreso. Fuentes informadas indicaron que los primeros pasos de la crisis podrían haber comenzado ayer mismo por la tarde, tras el Consejo de Ministros.Actualmente, las dudas se centran alrededor de la figura del vicepresidente Fernando Abril, contra el que varios sectores estarían moviéndose a la vez. Por un lado, los socialdemócratas, que de una forma u otra se agrupan alrededor de Francisco Fernández Ordóñez, piden controlar de nuevo el área económica, de la que en su día desplazó Abril al mismo Ordóñez y a Fuentes Quintana, y dar un giro total a la marcha de esta parcela. De otra parte, si el actual ministro de la Presidencia, José Pedro Pérez-Llorca, obtiene el control de la política autonómica, supondría una ascensión dentro del Gabinete que restaría poder al vicepresidente económico.

En este orden de cosas, en medios centristas se coincide en la idea de que si la crisis es amplía, supondría una derrota de Abril, y si es un reajuste reducido, saldría con ventaja éste. No obstante, crece la impresión de que la crisis puede tener un alcance medio. Así, junto a los cambios ya anunciados en la prensa de los ministerios de Administración Territorial, Presidencia y Trabajo, podrían moverse la cartera de Obras Públicas y Urbanismo y la de Interior. La primera tiene posibilidades de ser ocupada por José Luis Alvarez, democristiano y ex alcalde de Madrid, mientras el actual titular de este ministerio, Jesús Sancho Rof, pasaría a ministro del Interior.

El ministro de Administración Territorial, Antonio Fontán -cuyo cese es lo único que se da por seguro- , se reunió ayer tarde con sus colaboradores más próximos en la sede de su departamento. Aunque había absoluto silencio sobre el contenido de la reunión, es posible que se trate de la despedida.

Preparación del congreso

Por otra parte, en las reuniones, que celebrarán próximamente la permanente de UCD -el lunes-, el comité ejecutivo y el comité político -previstos estos dos para el jueves 24 y el lunes 28, respectivamente-, se decidirán probablemente las normas para el congreso que UCD celebrará en otoño, ya que tres meses antes deben celebrarse las asambleas provinciales que elegirán a los delegados.Sobre el número y composición de éstos, así como el sistema de elección, parece centrarse actualmente la mayor discusión, ya que de ello depende, en definitiva, el desarrollo del propio congreso. Al parecer, la secretaría general, que dirige Rafael Arias-Salgado, es partidaria de una reducción sensible del número de delegados -de 1.500, a mil, de los cuales un número importante son miembros natos-, lo que haría un congreso menos imprevisible.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Al mismo tiempo, la operación conllevaría elegir nuevamente a los miembros de las asambleas provinciales. Sin embargo, estos proyectos encuentran fuerte oposición dentro del partido, cuyos diversos sectores temen un excesivo control del congreso, mientras el aparato argumenta con la necesidad de evitar una situación semejante a la que estalló en el Partido Socialista en su 28º congreso, dado el ambiente de contestación últimamente desatado en UCD.

En este enfrentamiento se explica el deseo de los soclidemócratas de que una comisión de notables se encargue de la preparación del congreso, lo cual, por otra parte, supone un desaire al propio Arias-Salgado, procedente de esta tendencia. En todo caso, sí puede nombrarse in gestor para la tarea, tal vez apoyado por varios técnicos, de carácter neutral.

Posible frente antioficialista

El encono contra el secretario general no se reduce al sector socialdemócrata, sino que también los varios grupos cristianos y los independientes, en su día agrupados alrededor de Rodolfo Martín Villa, disgustados todos porque Arias-Salgado se ha rodeado de colaboradores procedentes de Izquierda Democrática, y que operan sin apoyo en otros sectores, trabajan en contra.En este orden de cosas, en medios de UCD se ha barajado incluso la posibilidad de que pueda formarse un amplio frente contra el aparato dominante, que podría llegar a agrupar a todo lo que se conoce como antiguos sectores ideológicos de UCD, esto es, socialdemócratas, democristianos y liberales, para dar la batalla en las asambleas provinciales que elegirán a los compromisarios.

No obstante, fuentes competentes del sector socialdemócrata, descartaban ayer totalmente esta tesis de un frente amplio, aunque circunstancialmente puedan coincidir los intereses de unos y otros. Un gran punto de diferencia puede estar, en primer lugar, en que los socialdemócratas son partidarios de que Rafael Arias-Salgado continúe, de todas formas, al frente de la secretaría general, mientras cristianos, liberales e, independientes son partidarios del relevo.

Archivado En