Miles de campesmos marchan hacia San Salvador

Miles de personas acompañaron ayer por las calles de San Salvador el cadáver de Oscar Arnulfo Romero, el arzobispo asesinado el lunes e.n las afueras de la capital por un pistolero mientras oficiaba un servicio religioso. En medio de un impresionante silencio, el cadáver fue trasladado a la catedral de San Salvador, donde quedó expuesto ante millares de campesinos que progresivamente acuden a la capital para rendir su último tributo al arzobispo asesinado. Los controles policiales y militares son muy estrictos, pero no han podido impedir la afluencia campesina a la capital. El cadáver será in...

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Miles de personas acompañaron ayer por las calles de San Salvador el cadáver de Oscar Arnulfo Romero, el arzobispo asesinado el lunes e.n las afueras de la capital por un pistolero mientras oficiaba un servicio religioso. En medio de un impresionante silencio, el cadáver fue trasladado a la catedral de San Salvador, donde quedó expuesto ante millares de campesinos que progresivamente acuden a la capital para rendir su último tributo al arzobispo asesinado. Los controles policiales y militares son muy estrictos, pero no han podido impedir la afluencia campesina a la capital. El cadáver será inhumado el domingo.Una calma tensareinó ayer en la ciudad, donde ayer cesaron las explosiones de artefactos registradas el día anterior en distintas entidades bancarias y gubernamentales. La embajada de Estados Unidos anunció que va a evacuar del país centroamericano a algunos familiares de diplomáticos y personal subalterno de su numerosa representación en la capital salvadoreña. La medida se interpreta como precautoria ante la situación creada en el país por la espiral de violencia, que encontró una de sus víctimas en la persona del prelado desaparecido.

Según circuló ayer por San Salvador, un francotirador fue el autor del disparo de un proyectil de bala blindado y explosivo, que atravesó el corazón del arzobispo Romero y le causó instantáneamente la muerte mientras celebraba una misa.

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