Las marismas al norte de Doñana no serán desecadas

Una franja de marisma colindante con el parque nacional de Doñana, de unas 12.000 hectáreas de superficie, que hasta ahora estaba incluida en el Plan Almonte Marismas, un proyecto de transformar en zona de regadío 36.000 hectáreas de tierra situadas al norte de Doñana, será respetada y dedicada a la explotación piscícola, según acordó por unanimidad el pleno del Patronato del Parque Nacional, reunido anteayer.Esta decisión ha sido tomada considerando que este tipo de explotación de las marismas es mucho más rentable que su transformación en tierras de labor. Según los expertos, mil hectáreas d...

Una franja de marisma colindante con el parque nacional de Doñana, de unas 12.000 hectáreas de superficie, que hasta ahora estaba incluida en el Plan Almonte Marismas, un proyecto de transformar en zona de regadío 36.000 hectáreas de tierra situadas al norte de Doñana, será respetada y dedicada a la explotación piscícola, según acordó por unanimidad el pleno del Patronato del Parque Nacional, reunido anteayer.Esta decisión ha sido tomada considerando que este tipo de explotación de las marismas es mucho más rentable que su transformación en tierras de labor. Según los expertos, mil hectáreas dedicadas a la explotación de anguilas, cangrejos, camarones y carpas podrían producir al año unos ochocientos millones de pesetas.

El resto de la superficie del Plan Almonte Marismas no será puesto en producción, tal como informábamos ayer en la primera edición de EL PAIS, hasta que no se conozca el impacto ambiental que pueda ocasionar sobre el parque nacional la puesta en producción de una zona experimental de 2.364 hectáreas. El FEOTMA se encargará de realizar un estudio, de dos años de duración, sobre esta primera fase del Plan Almonte Marismas, y según los resultados del mismo se transformarán o no en terrenos de regadío el resto de las 24.000 hectáreas.

El Patronato también anunció que había conseguido que el Instituto Nacional de la Vivienda construya doscientas viviendas acogidas en Almonte y cien en Hinojos, como parte de las medidas de compensación previstas por los límites al desarrollo que pudiera suponer para los pueblos colindantes el parque de Doñana.