Alarmante incendio en la factoría de CAMPSA de San Fernando de Henares

El incendio de una sala de bombeo de la factoría de CAMPSA situada en el polígono industrial de San Fernando de Henares provocó en sus comienzos momentos de considerable alarma, por la incertidumbre de que el fuego pudiera propagarse a los grandes depósitos de gasolina (veinticuatro millones de litros de capacidad cada uno) de las cercanías. A las once de la noche ya se sabía, sin embargo, que las medidas de seguridad habían funcionado correctamente y que el peligro era prácticamente nulo. Hasta entonces, la carretera de Loeches estuvo cortada y se llegó a rumorear la conveniencia de evacuar l...

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El incendio de una sala de bombeo de la factoría de CAMPSA situada en el polígono industrial de San Fernando de Henares provocó en sus comienzos momentos de considerable alarma, por la incertidumbre de que el fuego pudiera propagarse a los grandes depósitos de gasolina (veinticuatro millones de litros de capacidad cada uno) de las cercanías. A las once de la noche ya se sabía, sin embargo, que las medidas de seguridad habían funcionado correctamente y que el peligro era prácticamente nulo. Hasta entonces, la carretera de Loeches estuvo cortada y se llegó a rumorear la conveniencia de evacuar los barrios de San Fernando más cercanos.

El siniestro comenzó aproximadamente a las 9.30 de la noche de ayer, y por ahora se desconocen las causas. El fuego afectó a una de las salas de bombeo, encargadas de extraer el combustible de los tanques, tanto de superficie como subterráneos, y conducirlo mediante una red de tuberías a las instalaciones donde se cargan los camiones.Según explicó más tarde Saturio Román, ingeniero jefe de la factoría, el servicio de seguridad cuenta como elemento máximo de precaución con una sala central de ordenadores donde se detecta inmediatamente cualquier aumento anormal de temperatura en cualquier punto del complejo. En este caso, el incendio fue advertido desde sus comienzos, y se puso en conocimiento de los propios servicios de extinción de la compañía y de los bomberos, estos últimos de Torrejón de Ardoz y la base aérea. Simultáneamente se cortaron todas las tuberías con salida o entrada a la sala de bombeos. El máximo peligro consistió en que la gasolina encerrada en las tuberías colapsadas, unos 18.000 litros, pudieran trasmitir el fuego a alguno de los depósitos más cercanos, situados apenas a diez metros de distancia.

Hasta el lugar del siniestro se desplazaron el gobernador civil de Madrid, Juan José Rosón; el alcalde de Torrejón, Lope Chillón, además de un fuerte contingente de la Policía Nacional, Guardia Civil y varias ambulancias, aunque no hubo que lamentar desgracias personales. Todo ello da una idea de la magnitud de la alarma que cundió en un primer momento entre las autoridades. A las doce de la noche, el incendio estaba totalmente extinguido.

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