PAIS VALENCIANO

No se ha juzgado al supervisor de la central de Cofrentes

El juicio por despido del supervisor de control de calidad, José Antonio Abascal, de la central nuclear de Cofrentes no se celebró al llegar a un acuerdo ambas partes. El despido se produjo a mediados de diciembre, a raíz de supuestas anomalías en las soldaduras, denunciadas por Abascal, hecho que, en opinión de su empresa, Ibemo, incurría en deslealtad y abuso de confianza con la dirección por «fotocopiar documentos propiedad de la empresa y proporcionar información a varios periodistas, con el fin de perjudicarla».La vista no tuvo lugar al aceptar el despedido la indemnización de cuatro ...

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El juicio por despido del supervisor de control de calidad, José Antonio Abascal, de la central nuclear de Cofrentes no se celebró al llegar a un acuerdo ambas partes. El despido se produjo a mediados de diciembre, a raíz de supuestas anomalías en las soldaduras, denunciadas por Abascal, hecho que, en opinión de su empresa, Ibemo, incurría en deslealtad y abuso de confianza con la dirección por «fotocopiar documentos propiedad de la empresa y proporcionar información a varios periodistas, con el fin de perjudicarla».La vista no tuvo lugar al aceptar el despedido la indemnización de cuatro millones de pesetas, equivalente al importe de sesenta mensualidades. En contrapartida, la empresa le hizo firmar una declaración por la que Abascal asegura que Ibemo «trabajó siempre dentro de la más estricta observancia de las normas de seguridad que rigen para la construcción de centrales nucleares» y reconoce la improcedencia del despido.

Entre las razones que han influido para este desenlace, en medios judiciales se destacó la falta de salida que la actual normativa laboral ofrece a los trabajadores despedidos, ya que, o entra en juego el despido libre, o una indemnización fijada voluntariamente por la empresa, que en este caso ha venido a ofrecer aproximadamente el doble de la indemnización que habría fijado Magistratura, de estimar improcedente el despido.

«He dicho verdades como templos, pero estás predicando en un desierto», manifestó Abascal a EL PAÍS. «Esperaba encontrar un apoyo mucho mayor del que he tenido. En algunos momentos me encontré desmoralizado y llegué a dudar de que fuera efectivo denunciar las irregularidades de mi empresa en Cofrentes.» Según expresó, los documentos que respaldaron su denuncia continúan pendientes de una investigación que el Gobierno no ha considerado necesario realizar al cumplirse en la central valenciana el control de calidad vigente para instalaciones nucleares. «Si ahora se me pregunta por la seguridad de la nuclear», agregó, «que se dirijan a la Junta de Energía Nuclear y a la misma empresa; que contesten ellos. Mi intervención en este asunto ha quedado zanjada.»

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