Protestas en Egipto ante el intercambio de embajadores con Israel

La presentación de cartas credenciales del primer embajador egipcio en Israel al presidente Isaac Navon, en Jerusalén, y del primer embajador israelí en Egipto al presidente Anuar el Sadat, en El Cairo, fue acogida con satisfacción, pero sin euforia, en Israel, donde ningún diario consagró su editorial al acontecimiento.La rabia de los árabes y los palestinos de los territorios ocupados no sorprendió a los israelíes, acostumbrados a este tipo de reacciones, dirigidas tanto contra Egipto como contra el Estado hebreo.

Lo que sí sorprendió a los israelíes es la ola de protestas en el inter...

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La presentación de cartas credenciales del primer embajador egipcio en Israel al presidente Isaac Navon, en Jerusalén, y del primer embajador israelí en Egipto al presidente Anuar el Sadat, en El Cairo, fue acogida con satisfacción, pero sin euforia, en Israel, donde ningún diario consagró su editorial al acontecimiento.La rabia de los árabes y los palestinos de los territorios ocupados no sorprendió a los israelíes, acostumbrados a este tipo de reacciones, dirigidas tanto contra Egipto como contra el Estado hebreo.

Lo que sí sorprendió a los israelíes es la ola de protestas en el interior del mismo Egipto, donde doscientos abogados quemaron una bandera israelí delante de un edificio en El Cairo donde flotaba la bandera palestina.

La prensa israelí destacada en Egipto informa que la amplitud de la protesta, que alcanza a diversos sectores, comienza a preocupar a las autoridades egipcias.

En el entorno del presidente Sadat se esperaba que la extrema derecha musulmana, así como los fieles de La Unión Progresista (dos diputados en el Parlamento), representantes de la extrema izquierda egipcia, manifestasen su descontento en esta ocasión.

Sin embargo, las voces críticas se levantaron igualmente en otros grupos parlamentarios, entre ellos el Partido del Pueblo Socialista, que tiene treinta escaños en el Parlamento y constituye una especie de «oposición legal de su majestad» (para utilizar la forma inglesa).

Por otra parte, una «llamada al pueblo egipcio», firmada por una serie de personalidades políticas e intelectuales, entre ellas un ex vicepresidente con Nasser y un ex primer ministro, piden a los egipcios que se opongan a cualquier presencia israelí en El Cairo. El documento afirma que es necesario continuar con el boicot a Israel. Pero el documento no va contra el proceso de paz, sino contra la permanencia de tropas israelíes «en más de dos tercios del Sinaí ».

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El documento fue presentado en una rueda de prensa a la que se prohibió el acceso a los periodistas israelíes.

Asimismo, las protestas ante el intercambio oficial de embajadores se generalizaron en los territorios ocupados, donde las poblaciones árabes decretaron una jornada de huelga en señal de protesta.

También Sudán, país que goza de buenas relaciones con Egipto, declaró oficialmente ayer su «profunda aflicción » por el intercambio de representantes diplomáticos entre El Cairo y Jerusalén, «en tanto», dice la nota, «siguen ocupados territorios palestinos, y su pueblo disperso».

El primer ministro libanés, por su parte, declaró que el intercambio de embajadores «era muy triste para todos los árabes». Selim Al Hoss afirmó que no se explica el reconocimiento de un país árabe, Egipto, hacia un Estado que seguía bombardeando el sur de Líbano y sigue ocupando territorios árabes.

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