Chrysler anuncia pérdidas por 1.100 millones de dólares en 1979

La sociedad de automóviles Chrysler presentó su balance de negocios para 1979 con un déficit récord de 1.100 millones de dólares, unos 72.000 millones de pesetas. Las ventas de productos Chrysler en el mercado mundial bajaron a 1.800.000 vehículos en 1979, contra los 2.200.000 vendidos en 1978.«El año 1980 será un año de larga convalecencia para Clirysler», declaró Lee Iacocca, presidente de la firma y «hombre milagro» en el que confía la Administración Carter para que intente evitar la bancarrota del tercer fabricante de automóviles de Estados Unidos.

La Casa Blanca y el Congreso de Es...

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La sociedad de automóviles Chrysler presentó su balance de negocios para 1979 con un déficit récord de 1.100 millones de dólares, unos 72.000 millones de pesetas. Las ventas de productos Chrysler en el mercado mundial bajaron a 1.800.000 vehículos en 1979, contra los 2.200.000 vendidos en 1978.«El año 1980 será un año de larga convalecencia para Clirysler», declaró Lee Iacocca, presidente de la firma y «hombre milagro» en el que confía la Administración Carter para que intente evitar la bancarrota del tercer fabricante de automóviles de Estados Unidos.

La Casa Blanca y el Congreso de Estados Unidos avalaron, en diciembre último, créditos por valor de 1.500 millones de dólares (97.000 millones de pesetas) para que los inversores privados recobren su confianza en la marca Chrysler y aporten otros 2.000 millones de dólares (130.000 millones de pesetas), necesarios para salvar del cierre a una firma histórica y evitar el paro a 500.000 personas. Los sindicatos, la industria auxiliar y la firma francesa Peugeot-Citroën (que ha aportado un crédito de cien millones) figuran entre los principales intermediarios privados interesados en la recuperación económica de Chrysler, cuya previsión de pérdidas para 1980 es de quinientos millones de dólares (32.500 millones de pesetas), y esperan alcanzar beneficios para el ejercicio 1981.

La situación general del mercado del automóvil en Estados Unidos sufre la actual coyuntura de crisis general, con una reducción importante en las ventas. La competencia de los fabricantes extranjeros y las preferencias del consumidor por los modelos más pequeños y menos ávidos en gasolina contribuyen al momento crítico de la industria automovilística norteamericana. Toda la publicidad de ventas se basa en el consumo de los vehículos.

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