La caza de liebre con galgo, espectacular y deportiva

Una de las más deportivas e interesantes modalidades de caza es la de la liebre con galgo. Está muy difundida en Toledo, La Mancha y Andalucía y, en contra de lo que parezca, el hombre influye decisivamente en esta caza, ya que es quien advierte la presencia de la liebre. La caza de la liebre con galgo, además, no extermina, ya que las piezas qué se cobran son escasas.

Esta modalidad de caza se desarrolla, generalmente, con un par de galgos, que tienen su precio máximo en las 50.000 pesetas. El cazador recorre con la collera las zonas propicias para liebres, sembrados generalmente, y cu...

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Una de las más deportivas e interesantes modalidades de caza es la de la liebre con galgo. Está muy difundida en Toledo, La Mancha y Andalucía y, en contra de lo que parezca, el hombre influye decisivamente en esta caza, ya que es quien advierte la presencia de la liebre. La caza de la liebre con galgo, además, no extermina, ya que las piezas qué se cobran son escasas.

Esta modalidad de caza se desarrolla, generalmente, con un par de galgos, que tienen su precio máximo en las 50.000 pesetas. El cazador recorre con la collera las zonas propicias para liebres, sembrados generalmente, y cuando advierte su presencia -hay que tener una extraordinaria vista para verla- la levanta y, tras concederla una ventaja apreciable, suelta a los galgos. La carrera adquiere entonces visos de espectáculo con los recortes de la liebre, que hace patinar a los perros como si corrieran sobre hielo. El lance finaliza cuando dan caza a la pieza tras un par de minutos de persecución o cuando la liebre logra despistar a sus perseguidores si el terreno presenta obstáculos.El galgo tarda unos diez minutos en recuperarse -llega a correr a ochenta kilómetros por hora- y su resistencia mengua a lo largo de las carreras que tenga que dar durante la jornada. Por lo general, suele matar tres o cuatro liebres, por lo que esta modalidad de caza no es tan dañina como otra que se pueda practicar con la escopeta. Como comparación cabe señalar que una docena de escopetas llegaron a matar, en un ojeo de perdices, un centenar de liebres, mientras que, en ese mismo terreno, doce galgos capturaron una treintena.

A la caza de la liebre con galgo se la puede acusar de antideportiva, ya que casi siempre se alcanza la pieza por la mayor velocidad del perro, pero cabe decir que los asiduos practicantes de esta modalidad llegan a dar cincuenta metros de -ventaja a la liebre, con el fin de que la carrera se desarrolle con una igualdad. Si la liebre se levanta antes de que el cazador la vea, la ventaja suele llegar a los doscientos metros.Cazar con galgo requiere su correspondiente licencia -no llega a 150 pesetas-, y su práctica está muy extendida en los medios rurales, pues es donde el galgo puede mejorar sus condiciones sin apenas cuidados. En Toledo, la cifra de estos animales supera los 30.000.

Desde hace años se celebra el Campeonato de España de caza con galgo, que, paradójicamente, cuenta con su propia federación, sin que exista la menor relación con la de caza. Sin embargo, la gran mayoría de los practicantesde la caza con galgo desconocen su existencia.

Pesca: repoblaciones en Castellón y veda en La Mancha

La provincia de Castellón ha experimentado una importante sequía y las masas acuícolas se encuentran muy por debajo del nivel habitual en estas fechas. Para paliar los daños que ha podido producir, se tiene proyectado repoblar los cotos fluviales con trucha común y los embalses con carpa royal, utilizando ejemplares procedentes de piscifactorías del ICONA.En otro orden de cosas, una serie de ríos y embalses de la provincia de Ciudad Real, principalmente, han quedado vedados a la red para proteger las especies piscícolas, que sólo se podrán pescar ahora con anzuelo. Los puntos afectados por esta disposición son el río Fresnedas desde su confluencia con el arroyo hasta el cruce con la cañada de Hortizuela, embalse de Peñarroya desde la cola hasta la presa, embalse de Gasset en toda su superficie dentro del término de Fernancaballero, embalse de Montoro desde el río del mismo nombre hasta su confluencia con el arroyo Coronas, río Tablillas hasta la presa y embalse del Vicario desde el puente nuevo de la carretera Ciudad Real-Toledo hasta la presa.

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